viernes, 4 de septiembre de 2009
Thanks, ricardo marcenaro testimony of blog. --- Gracias, ricardo marcenaro testimonio de bitácora
The first week that I put the entries counter I was stunned, I never thought in such great interest that you are giving to the blog, never.
I thought I wrote and selected materials for two or three people.
I thank all who brings me joy.
That makes me feel that the work of communicating knowledge is received, that is not lost.
That makes my enthusiasm did not wane.
La primera semana que puse el contador de entradas me quedé estupefacto, nunca pensé en el gran interés que le están dando al blog, nunca.
Creí que escribía y seleccionaba materiales para dos o tres personas.
Gracias a todos los que me alegran con su visita.
Eso me hace sentir que el trabajo de comunicar conocimientos es recibido, que no se pierde.
Eso hace que mi entusiasmo no decaiga.
Countries and Cities:
Países y ciudades:
América:
Argentina
Bahía Blanca, Tres Arroyos, Mar del Plata, Capital Federal,
Bolivia
Brasil
San Pablo, Río de Janeiro.
Canada
Rimouski, Toronto.
Colombia
Medellín, Armenia, Bogotá, Barranquilla.
Chile
Coquimbo, Santiago.
Ecuador
Guayaquil, Quito.
México
Xalapa, Querétaro, Len, México city, Zapopan, Puerto Vallarta.
Perú
Lima, Trujillo.
Puerto Rico
San Juan de Puerto Rico.
Santo Domingo
Costa Rica
San José de Costa Rica.
Uruguay
Atlántida
Venezuela
Maracaibo, La guaira.
Africa
Congo
Egypt
Cairo
Jordan
Amman
Europa
Oostakker
Mutterstadt
Tiblisi
Portugal
Caldas Da Rainha.
Serbia
Novi Sad
Spain
Las Palmas, Vigo, Gijón, Alcalá de Henares, Valencia, Len, Barcelona, Pamplona, Madrid, Villassar del Mar.
Halmstad
Sion
London
Oceanía
Australia
Perth
Painter: Da Messina Antonello(1430 - 79) part 2
A Young Man. 1478. Oil on wood. 20.4 x 14.5 cm. Gemäldegalerie, Berlin, Germany.
Christ Blessing. 1465. Oil on wood. 39 x 29.5 cm. National Gallery, London, UK.
Crucifixion. c. 1475-76. Royal Museum of Fine Arts, Antwerp, Belgium. More.
Madonna and Child. Oil on wood. 43 x 34.5. National Gallery, London, UK.
Madonna and Child. The National Gallery of Art, Washington, DC, USA.
Madonna with the Saints Nicholas of Bari, Anastasia, Ursula and Dominic 1475- 76.
Messina. Portrait of a Man. 1476. Wood panel. Museo Civico, Turin, Italy.
Poesía: Catulo, Lesbia y Catulo
VIII
¡Ay, Catulo, deja de hacer simplezas,
y ten lo que está muerto por perdido!
Radiantes soles te brillaban cuando,
en esos días, ibas
allí donde quería la joven,
amada por nosotros como nadie
será amada jamás.
Muchas fiestas celebraste allí entonces,
que tú deseabas y ella no odiaba.
En verdad, lucían soles radiantes.
Ella ya no lo quiere,
no lo quieras tú, débil,
ni persigas a la que huye, ni vivas
miserable: resiste
con tu mente obstinada.
Adiós, muchacha. Catulo aguanta ya,
no te rogará ni pedirá nada.
Mas sufrirás, cuando por nadie seas
rogada. ¡Ay, infame! ¿Qué vida te queda?
¿Quién irá a ti hoy? ¿Quién verá tu belleza?
¿A quién amarás ahora? ¿De quién
se dirá que eres? ¿A quién besarás?
¿A quién morderás los delgados labios?
Pero, ¡tú, Catulo, aguanta firme!
LI
Semejante aun dios se me aparece aquel,
superior a los dioses, si es lícito,
que sentado frente a ti, sin cesar,
te observa y escucha
reír dulcemente, lo que a mí, desgraciado,
todos los sentidos me arrebata:
Lesbia, en cuanto te veo,
mi voz se apaga,
la lengua se torna torpe, y bajo mis miembros
comienza a manar una llama;
me zumban los oídos y una noche
doble cubre mis ojos.
El ocio, Catulo, te es pernicioso;
en el ocio te exaltas e impacientas.
El ocio ya perdió antes muchos reyes
y ciudades felices.
LXXXV
Odio y amo. Por qué lo hago, me preguntas tal vez.
No sé, pero siento cómo se hace y me torturo
CIX
Me prometes, vida mía, que este amor será feliz
y perpetuo entre nosotros.
Grandes dioses, haced que pueda prometer con verdad
y que lo diga sinceramente y de corazón,
para que toda nuestra vida podamos mantener
ese sagrado lazo de cariño eterno
LXXV
A tal extremo ha llegado mi corazón, Lesbia mía, por tu culpa,
y tanto se ha perdido por su misma fidelidad,
que ahora ya no puedo tenerte aprecio, aunque te vuelvas la mejor de todas,
ni dejar de quererte por mucho que hagas.
XCII
Lesbia dice pestes de mí todo el tiempo y no para.
¡Que me muera si Lesbia no me quiere!
¿Cómo lo sé? Porque me pasa lo mismo: la maldigo a todas horas,
pero ¡que me muera si no la quiero!
LXX
Mi amada asegura que con nadie quiere casarse
Excepto conmigo, a no ser que el mismo Júpiter se lo pida.
Eso dice, pero lo que una mujer dice a su deseoso amante
En el viento y en el agua rápida conviene escribir
Nacido en Verona, en la Galia Transpadana, en una familia influyente (su padre era amigo de Julio César, al que Catulo sin embargo despreciaba, quizá a causa de la sequedad de su estilo literario).
Estudió en Roma pasando allí varias temporadas y al fin se estableció el 62 a. C., introduciéndose en los cenáculos literarios de sus amigos, los llamados despectivamente por Cicerón poetas neotéricos: Helvio Cinna, Licinio Calvo, Valerio Catón, Cornificio, Furio Bibáculo y los eruditos Marco Terencio Varrón o Cornelio Nepote. Los neotéricos se caracterizaban, en primer lugar, por una gran afición a la poesía griega alejandrina de Calímaco y, en segundo lugar, por el deseo de cultivar una lírica refinada y concisa, de un perfecto acabado formal.
Se enamoró de una dama muy bella y licenciosa, Clodia, casada con Quinto Cecilio Metelo Céler, gobernador de la Galia Cisalpina, y hermana del tribuno de la plebe Publio Clodio Pulcro, enemigo de Cicerón. Clodia, sin embargo, que aparece en sus versos con un nombre de valor métrico equivalente, Lesbia (que declara la común afición de los amantes a la poetisa griega Safo de Lesbos), tras concederle sus encantos, le fue infiel a la primera ocasión y dejó a Catulo debatiéndose entre el odio y el amor, como expresa en su conocido dístico: Odi et amo. Quare id faciam? fortasse requiris / Nescio, sed fieri sentio et excrucior («Odio y amo. ¿Cómo es posible?, preguntarás acaso. No lo sé, pero siento que me ocurre y me atormenta»).
De la violenta pasión que despertó en Catulo tardó en recuperarse a duras penas: Una salus haec est, hoc est tibi pervincendum. / hoc facias sive id non pote, sive pote! («Una sola salvación hay para ti: esto debe superarse. ¡Hazlo puedas o no puedas!»). Pero la agonía se prolongó merced a los arrepentimientos de la amante, mera excusa para nuevas y fallidas reconciliaciones: Nulli se dicit mulier mea nubere malle quam mihi, / non si se Iuppiter ipse petat. / Dicit: sed mulier cupido quod dicit amanti, / in vento et rápida scribere oportet aqua. («Con nadie más que conmigo dice mi amada que se uniría, / ni aunque Júpiter mismo se lo pidiera. / Eso dice: pero lo que dice la mujer enamorada a un amante / conviene escribirlo en el viento y en el agua rápida»). Fue una inspiración excepcional para uno de los corpora de lírica amorosa más intensos de todos los tiempos.
En sus poemas también se refleja, directa o indirectamente, una relación homosexual con un joven de nombre Juventio.
Dejó 116 poemas y 3 fragmentos de valor e inspiración diversa en distintos metros, predominando los dísticos elegiacos y los endecasílabos. Hay poemas de un acabado perfectamente alejandrino, casi siempre de tema mitológico, como Las bodas de Tetis y Peleo o la traducción de Calímaco La cabellera de Berenice, pero destacan especialmente sus ácidos epigramas, donde ataca sobre todo la ordinariez y el mal gusto, y sus epitalamios, fuera de sus ya tan ponderadas elegías amorosas, los poemas dedicados a sus amigos, a su hermano fallecido (frater ave atque vale) o a su barca.
Murió a los 30 años de edad.
La originalidad de Catulo consiste en haber sido el primero en haber iniciado la elegía romana con sus rasgos específicos de subjetividad, autobiografismo e intimidad, menos presentes en sus correlatos griegos.
Poesía: Antonin Artaud. ricardo marcenaro suscribe con toda su alma
El ombligo de los limbos
Allí donde otros exponen su obra yo sólo pretendo mostrar mi espíritu.
Vivir no es otra cosa que arder en preguntas. No concibo la obra al margen de la vida.
No amo en sí misma a la creación. Tampoco entiendo el espíritu en sí mismo. Cada una de mis obras, cada uno de los proyectos de mí mismo, cada uno de los brotes gélidos de mi vida interior expulsa sobre mí su baba.
Estoy en una carta escrita para dar a entender el estrujamiento íntimo de mi ser, tanto como estoy en un ensayo exterior a mí mismo y que se me presenta como una indiferente incubación de mi espíritu.
Sufro que el Espíritu no halle lugar en la vida y que la vida no se encuentre en el Espíritu, sufro del Espíritu-órgano, del Espíritu-traducción o del Espírítu-atemorizante-de-las-cosas para hacerlas ingresar en el Espíritu. Yo dejo este libro colgado de la vida, deseo que sea masticado por las cosas exteriores y en primer término por todos los estremecimientos acuciantes, todas las vacilaciones de mi yo por venir.
Todas estas páginas se arrastran en el espíritu como témpanos. Perdón por mi total libertad. Me niego a hacer diferencias entre cada minuto de mí mismo. No acepto el espíritu planeado.
Es preciso acabar con el Espíritu como con la literatura. Quiero decir que el Espíritu y la vida se encuentran en todos los grados. Yo quisiera hacer un libro que altere a los hombres, que sea como una puerta abierta que los lleve a un lugar al que nadie hubiera consentido en ir, una puerta simplemente ligada con la realidad.
Y esto no es el prefacio de un libro, como tampoco lo son los poemas que lo indican en la lista de todas las furias del malestar.
Esto no es más que un témpano atragantado. Una gran pasión razonadora y superpoblada arrastraba a mi yo como un puro abismo. Resoplaba un viento carnal y sonoro, y el azufre también era denso. Y pequeñas raíces diminutas llenaban ese viento como un enjambre de venas y su entrelazamiento fulguraba. El espacio sin forma penetrable era calculable y crujiente. Y el centro era un mosaico de trozos como una especie de rígido martillo cósmico, de una pesadez deformada y que sin parar cae como un muro en el espacio con un estruendo destilado. Y la cubierta algodonosa del estruendo tenia la opción obtusa y una viva mirada que lo penetraba. Sí, el espacio entregaba su puro algodón mental donde ningún pensamiento era todavía claro ni devolvía su descarga de objetos. Pero paulatinamente la masa dio vueltas como una náusea potente y fangosa, una especie de fuerte flujo de sangre vegetal y detonante. Y las ínfimas raíces trémulas en el filo de mi ojo mental se arrancaban de la masa erizada del viento a una velocidad vertiginosa. Y todo el espacio como un sexo saqueado por el vacío ardiente del cielo, se estremeció. Y algo como un pico de paloma real socavó la masa turbada de los estados, todo el pensamiento más hondo se diversificaba, se disipaba, se volvía claro y reducido.
Entonces era preciso que una mano se transformara en el órgano mismo de la aprehensión. Y aún dos o tres veces giró la masa artificial y cada vez, mi ojo se enfocaba sobre un sitio más exacto. La oscuridad misma se hacía más densa y sin objeto. Todo el hielo ganaba la claridad.
Dios-el-perro contigo y su lengua
que atraviesa la costra como una saeta
del doble morrión abovedado
de la tierra que le causa ardor.
Y aquí está el triángulo de agua
que se aproxima con paso de chinche
pero que bajo la chinche ardiente
se transforma en cuchillada.
Bajo los senos de la espantosa tierra
dios-la-perra se ha marchado,
de los senos de la tierra y de agua congelada
que pudren los agujeros de su lengua.
Y aquí está la virgen-del-martillo
para masticar las cuevas de la tierra
donde la calavera del perro del cielo
siente crecer el horroroso nivel.
Doctor,
Hay un asunto sobre el cual hubiera querido insistir: es el de la relevancia de la cosa sobre la cual operan sus inyecciones; esta especie de languidecimiento esencial de mi ser, esta disminución de mi estiaje mental, que no quiere decir, como podría creerse, un rebajamiento cualquiera de mi moralidad (de mi alma moral) o ni siquiera de mi inteligencia, sino más bien de mi intelectualidad servible, de mis recursos razonantes, y que se relaciona más con el sentimiento que tengo yo mismo de mí mismo yo, que con lo que pongo de manifiesto a los demás de él.
Esta vitrificación sorda y polimorfa del pensamiento que en cierto momento elige su forma. Hay una vitrificación inmediata y llana del yo en el centro de todas las posibles formas, de todos los modos posibles del pensamiento.
Y, señor Doctor, ahora que usted está bien enterado de lo que puede ser alcanzado en mí (y curado por las drogas), de la zona de conflicto de mi vida, espero que sabrá suministrarme la cantidad suficiente de líquidos sutiles, de reactores especiosos, de morfina mental, capaces de sobreponer mi abatimiento, de enderezar lo que cae, de juntar lo que está separado, de reparar lo que está destruido.
Le saluda mi pensamiento
De "L'Ombilic des limbes"
Versión de L.S.
Poesía: Aldo Pellegrini, Una Manera de Vivir
Poemas » aldo pellegrini » una manera de vivir
Una manera de vivir
Mendigas felices, huérfanas de suave
fascinación
derrotadas por el secreto de la sed y las hormigas
a solas con el sol
la ternura de los galopes a flor de tierra tan lejos de
la atadura del polvo celeste
extranjera derrotada por el fulgor de los relámpagos
Entonces nadie acallaba la melodía de tus labios
que deslizaban su fiebre giratoria de plumaje de
espumas
cerca o lejos el espacio siempre oculta su escama
de frío
su desolada comarca donde los labradores hacen
germinar la nieve de la tierra
Dura comarca en que las mujeres esperan como
leyendas en los umbrales
condenadas a cumplir el rito del fuego o de la
extorsión
inmóviles con sus ornamentos funerarios donde se
abre la puerta del amor
en una ciudad anclada en la tristeza
Faisán de la alabanza, tu corazón extraviado me guía
en tus ojos asoma el prodigio de los relámpagos
la cólera que cierra las puertas y rompe los hechizos
en un camino de fábulas interminables, con la
negra cabellera presidiendo el incendio de los
gestos, el calculado delirio de las estaciones
tan distante de los bosques enardecidos por el
verano y su follaje moviéndose con lentitud
de verdugo
en la pesada atmósfera de los sacrilegios
Unidas en el asombro
las hijas del verdugo exhiben sus pies de plata y
los espectadores aplauden
los perros husmean las mejillas en busca de los
caminos mentales
la naturaleza imita a la pesadumbre
naturaleza oscura
iluminada a ratos por los relámpagos de tu orgullo
arrastrando briznas de escalofrío
con tu violento eco en el aire, extranjera.