Painter: Bonnard Pierre (1867 - 1947) Part 9

Red Roofs in Cannet, 1942. Oil on canvas. Private collection.


Saint-Tropez, Pier. 1912. Private collection.


Self-Portrait with a Beard. 1920-1925. Oil on canvas. Private collection.


Self-Portrait, 1939-42. Oil on canvas. Private collection.


Sitting Woman with a Cat. Four-panel Panneaux. Oil on canvas. 1892-98. Private collection.

Poesía: Oliverio Girondo. Escorial


ESCORIAL

A D. José Ortega y Gasset


A medida que nos aproximamos

las piedras se van dando mejor.


Desnudo, anacorético,

las ventanas idénticas entre sí,

como la vida de sus monjes,

el Escorial levanta sus muros de granito

por los que no treparán nunca los mandingas,

pues ni aún dentro de novecientos años.

hallarán una arruga donde hincar

sus pezuñas de azufre y pedernal.


Paradas en lo alto de las chimeneas,

las cigüeñas meditan la responsabilidad

de ser la única ornamentación del monasterio,

mientras el viento que reza en las rendijas

ahuyenta las tentaciones que amenazan

entrar por el tejado.


Cencerro de las piedras que pastan

en los alrededores,

las campanas de la iglesia

espantan a los ángeles

que viven en su torre

y suelen tomarlos de improviso,

haciéndoles perder alguna pluma

sobre el adoquinado de los patios.


¡Corredores donde el silencio tonifica

la robustez de las columnas!

¡Salas donde la austeridad es tan grande,

que basta una sonrisa de mujer

para que nos asedien los pecados de Bosch

y sólo se desbanden en retirada

al advertir que nuestro guía

es nuestro propio arcángel,

que se ha disfrazado de guardián!


Los visitantes,

la cabeza hundida entre los hombros

(así la Muerte no los podrá agarrar

como se agarra a un gato),

descienden a las tumbas y al pudridero,

y al salir,

perciben el esqueleto de la gente

con la misma facilidad

con que antes les distinguían la nariz.


Cuando una luna fantasmal

nieva su luz en las techumbres,

los ruidos de las inmediaciones

adquieren psicologías criminales,

y el silencio

alcanza tal intensidad,

que se camina

como si se entrara en un concierto,

y se contienen las ganas de toser

por temor a que el eco repita nuestra tos

hasta convencernos de que estamos tuberculosos.


¡Horas en que los perros se enloquecen de soledad

y en las que el miedo

hace girar las cabezas de las lechuzas y de los hombres,

quienes, al enfrentarnos,

se persignan bajo el embozo

por si nosotros fuéramos Satán!


Escorial, abril, 1923.




Music: B 52 - Rock Lobster - Live at the Downtown Cafe - 1978 - Atlanta - USA - Ricardo Marcenaro comentario


Esto lo pongo especialmente para los más jóvenes que sueñan, que eso deben hacer, soñar, desear, acumular energía y práctica para que lo soñado se realice.

Como verán las muchachas desafinaban y no les daba el aire, con el tiempo se perfeccionaron, Kate Pierson, para mi gusto, es una de las mejores cantantes populares de los Estados Unidos de Norte América, sin dudas.

La cosa es que, chicos, a ustedes les hablo, este testimonio de un video casero, en un club muy pequeño donde la gente va a bailar casi encima de la banda tiene que abrirles los ojos, sueñen pero sean disciplinados, constantes, que algún día llega.

Y si no llegase, amigos, la vida es loca, nadie va a poderles robar de adentro el saber que hicieron todo lo posible, que así hay que retirarse de cualquier lugar al que se vaya y en el que se esté.

RM


Poesía: Oliverio Girondo - Juerga


JUERGA


A D. Eugenio d‘Ors



Los frescos pintados en la pared
transforman el “Salón Reservado”
en una “Plaza de Toros”, donde el suelo
tiene la consistencia y el color de la “arena”:
gracias a que todas las noches
se riega la tierra con jerez.



Jinetes en sillas esqueletosas,
tufos planchados con saliva,
una estrella clavada en la corbata,
otra en el dedo meñique,
los tertulianos exigen que el “cantaor”
lamente el retardo de las mujeres
con ¡aves! que lo retuercen
en calambres de indigestión.



De pronto,
en un sobresalto de pavor,
la cortina deja pasar seis senos
que aportan tres “mamás”.



Los párpados como dos castañuelas,
las pupilas como dos cajas de betún,
negro el pelo,
negras las pestañas
y las extremidades de las uñas,
las siguen cuatro “niñas”, que al entrar,
provocan una descarga de ¡oles!
que desmaya a las ratas que transitan el corredor.



La servilleta a guisa de “capote”,
el camarero lidia el humo de los cigarros
y la voracidad de la clientela,
con “pases” y chuletas “al natural”,
o “entra” a “colocar” el sacacorchos
como “pone” su vara un picador.



Abroqueladas en armaduras medioevales,
en el casco flamea la bandera de España,
las botellas de manzanilla
se agotan al combatir a los chorizos
que mugen en los estómagos,
o sangran en los platos
como toros lidiados.



Previa autorización de las “mamás”,
las “niñas” van a sentarse
sobre las rodillas de los hombres,
para cambiar un beso por un duro,
mientras el “cantaor”,
muslos de rana
embutidos en fundas de paraguas,
tartamudea una copla
que lo desinfla nueve kilos.



Los brazos en alto,
desnudas las axilas,
así dan un pregusto de sus intimidades,
las “niñas” menean, luego, las caderas
como si alguien se las hiciera dar vueltas por adentro,
y en húmedas sonrisas de extenuación,
describen con sus pupilas
las parabólicas trayectorias de un espasmo,
que hace gruñir de deseo
hasta a los espectadores pintados en la pared.



Después de semejante simulacro
ya nadie tiene fuerza ni para hacer rodar
las bolitas de pan, ensombrecidas,
entre las yemas de los dedos.



Poco a poco, la luz aséptica de la mañana
agrava los ayes del “cantaor”
hasta identificar
la palidez trasnochada de los rostros
con la angustiosa resignación
de una clientela de dentista.



Se oye el “klaxon” que el sueño hace sonar
en las jetas de las “mamás”,
los suspiros del “cantaor”
que abraza en la guitarra
una nostalgia de mujer,
los cachetazos con que las “niñas”
persuaden a los machos
que no hay nada que hacer
sino dejarlas en su casa,
y sepultarse en la abstinencia
de las camas heladas.




Madrid, 1923.





Poesía: Oliverio Girondo. Siesta

ricardo marcenaro scanning

SIESTA

Un zumbido de moscas anestesia la aldea.

El sol unta con fósforo el frente de las casas,

y en el cauce reseco de las calles que sueñan

deambula un blanco espectro vestido de caballo.


Penden de los balcones racimos de glicinas

que agravan el aliento sepulcral de los patios

al insinuar la duda de que acaso estén muertos

los hombres y los niños que duermen en el suelo.


La bondad soñolienta que trasudan las cosas

se expresa en las pupilas de un burro que trabaja

y en las ubres de madre de las cabras que pasan

con un son de cencerros que, al diluirse en la tarde,

no se sabe si aún suena o ya es sólo un recuerdo...

¡Es tan real el paisaje que parece fingido!


Andalucía, 1923.



Painter: Bonnard Pierre (1867 - 1947) Part 8

Pitcher. c 1931. Private collection.


Poppies. 1914. Oil on canvas. Private collection.


Poster for La Revue blanche, colored lithography. 1894.


Pots. 1930. Oil on canvas. Private collection.


Race at Bologne, 1910. Oil on canvas. Private collection.

Sculpture: Arp Jean. Part 3

Flügelwesen, 1961


Comparative Guggenheim - Arp


Human Concretion. 1933. Stone. 22x31 Kunsthaus, Zurich, Switzerland.


Human Concretion. 1935. Cast Stone. 49.5 x 47.6 x 64.7 cm. The Museum of Modern Arts, New York, NY, USA.


Rising Up. c. 1962. Scottish National Gallery of Modern Art, Edinburgh, UK.

Sculpture: Chokwe. Africa











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Chokwe Information

Location: Southwestern Congo (Zaire), Angola, Zambia
Population: 1.16 million
Language: Wuchokwe (Bantu)
Neighboring Peoples: Luba, Lunda, Lwena, Ovimbundu, Songo
Types of Art: The Chokwe are well known for art objects produced to celebrate and validate the royal court. These objects include ornately carved stools and chairs used as thrones. Most of the sculptures are portraits, which represent the royal lineage. Staffs, scepters, and spears are among other implements sculpted to celebrate the court.
History: Chokwe origin can perhaps be traced to the Mbundu and Mbuti Pygmies. Between 1600 and 1850 they were under considerable influence from the Lunda states and were centrally located in Angola. In the second half of the 19th century though, considerable development of the trade routes between the Chokwe homelands and the Angolan coast led to increased trade of ivory and rubber. Wealth acquired from this allowed the Chokwe kingdom to expand, eventually overtaking the Lunda states that had held sway over them for so long. Their success was short-lived, however. The effects of overexpansion, disease, and colonialism resulted in the fragmentation of Chokwe power.
Economy: The Chokwe grow manioc, cassava, yams, and peanuts. Tobacco and hemp are also grown for snuff, and maize is grown for beer. Domesticated livestock is also kep, and includes sheep, goats, pigs, and chickens. Protein is added through hunting. There is an exclusive association of big game hunters known as Yanga, but everyone contributes to the capture of small game animals. The farming and processing of agricultural products is done almost exclusively by women among the Chokwe. Slash and burn techniques and crop rotation are practiced to conserve the land naturally.
Political Systems: The Chokwe do not recognize a paramount leader, but instead offer allegiance to local chiefs who inherit their positions from the maternal uncle. The chiefs (mwana nganga) consult with a committee of elders and ritual specialists before making decisions. Villages are divided into manageable sections which are governed by family headmen. All members of Chokwe society are divided into two categories: those who are descended from the founding matrilineal lines and those who are descended from former enslaved populations.
Religion: The Chokwe recognize Kalunga, the god of creation and supreme power, and a series of nature and ancestral spirits (mahamba). These spirits may belong to the individual, family, or the community, and neglecting them is sure to result in personal or collective misfortune. Evil spirits may also be activated by sorcerers (wanga) to cause illness, and this must be counteracted to regain health. In order to accomplish this individuals normally consult with a diviner (nganga), who attempts to uncover the source of the patient's problem. The most common form of divination among the Chokwe is basket divination, which consists of the tossing of up to sixty individual objects in a basket. The configuration of the objects is then "read" by the diviner to determine the cause of illness.


The Chokwe (clic here Wiki) are an ethnic group of Central Africa whose ancestry can perhaps be traced to Mbundu and Mbuti Pygmies. Large groups of Chokwe currently reside in Angola, Zambia, and the Democratic Republic of Congo. Their language is usually referred to as Chokwe, a Bantu language. Many also speak the official languages of their countries: English in Zambia, French in Democratic Republic of Congo, and Portuguese (as first or second language) in Angola.

History

They were once one of the twelve clans of the great Lunda Empire of 17th and 18th century Angola. They eventually became independent when they refused to continue paying tribute to the Lunda emperor. Their successful trading and abundant resources caused them to be one of the wealthiest people groups in Angola. By 1900 the Chokwe had dismantled the Lunda kingdom altogether using guns they had traded for with the Ovimbundu. Chokwe language and influence then began to dominate northeastern Angola and spread among the Lunda peoples.

The Portuguese had virtually no contact with the Chokwe until the 1930s when the Chokwe traded wax, rubber and ivory. The Portuguese quickly brought an end to the dominance of the Chokwe people in the region.