BBC Mundo
miércoles, 18 de noviembre de 2009
Painter: Dürer Albrecht part 2
Madonna with a Siskin. 1506. Oil on panel. Staatliche Museen zu Berlin, Gemaldegalerie.
Melencolia I. 1514. Engraving.
Nuremberg Woman Dressed for Church. 1500. Pen and ink and watercolour on paper. Graphisc.
Pond in the Woods. 1496. Watercolour and gouache on paper. The British Museum, London, UK.
Portrait of a Clergyman. 1516. Oil on panel. National Gallery of Art, Washington, DC, US.
Melencolia I. 1514. Engraving.
Nuremberg Woman Dressed for Church. 1500. Pen and ink and watercolour on paper. Graphisc.
Pond in the Woods. 1496. Watercolour and gouache on paper. The British Museum, London, UK.
Portrait of a Clergyman. 1516. Oil on panel. National Gallery of Art, Washington, DC, US.
Botany: Fungus. Hongos. Funji: Chrysomphalina
Chrysomphalina
Chrysomphalina aurantiaca
Chrysomphalina aurantiaca
Chrysomphalina chrysophylla
Chrysomphalina chrysophylla
Chrysomphalina chrysophylla
Chrysomphalina chrysophylla
Chrysomphalina chrysophylla
Chrysomphalina chrysophylla
Chrysomphalina chrysophylla
Chrysomphalina chrysophylla
Chrysomphalina chrysophylla
Chrysomphalina aurantiaca
Chrysomphalina aurantiaca
Chrysomphalina chrysophylla
Chrysomphalina chrysophylla
Chrysomphalina chrysophylla
Chrysomphalina chrysophylla
Chrysomphalina chrysophylla
Chrysomphalina chrysophylla
Chrysomphalina chrysophylla
Chrysomphalina chrysophylla
Chrysomphalina chrysophylla
Painter: Bonnard Pierre (1867 - 1947) Part 12
The White Cat, 1894. oil on canvas. Musée d'Orsay, Paris, France.
Tub in a Mirror. 1915. Oil on canvas. Private collection.
Two Friends, sketch for Parallelement.
Two Poodles. 1891. Oil on canvas. 36.3 x 39.5 cm. Southampton City Art Gallery, Southampton
Vase with Anemonies and Empty Vase. c. 1933. Oil on canvas. Private collection.
Tub in a Mirror. 1915. Oil on canvas. Private collection.
Two Friends, sketch for Parallelement.
Two Poodles. 1891. Oil on canvas. 36.3 x 39.5 cm. Southampton City Art Gallery, Southampton
Vase with Anemonies and Empty Vase. c. 1933. Oil on canvas. Private collection.
Diario La Nación: Internet y la TV pueden acelerar el odio y la intolerancia
Los intelectuales / George Saunders (clic aquí La Nación)
GEORGE SAUNDERS
"Internet y la TV pueden acelerar el odio y la intolerancia"
Para el escritor norteamericano, en esos medios los valores humanos están en retroceso
Mori Ponsowy
Para LA NACION
George Saunders era un escritor de culto en los Estados Unidos hasta que su último libro de ensayos, The Braindead Megaphone (algo así como El megáfono descerebrado), salió a la luz y se convirtió, casi inmediatamente, en un best seller.
El libro desarrolla la idea que Saunders expuso en la entrevista con La Nacion: "La era de la hipercomunicación, con Internet y la televisión, puede acelerar el odio y la intolerancia". De un día para otro, este autor de cuentos y novelas que satirizan la cultura corporativa y el consumismo recibió invitaciones para ir a decenas de programas de radio y televisión... para hablar de un libro cuyo eje central es, precisamente, la creciente banalidad de la televisión norteamericana y el daño que puede causarles a los espectadores.
"Imaginemos una fiesta. Los invitados hablan sobre temas que les interesan, dan voz a sus opiniones y escuchan atentamente las de los demás -escribe Saunders al comienzo del ensayo que da título al libro-. De pronto entra un tipo con un altoparlante. No es el más inteligente de la fiesta, ni el más experimentado, ni el más articulado. Pero tiene ese megáfono." Intuitivo, informal: así es este hombre de 51 años. Saunders no es un filósofo ni se dedica a crear un pensamiento sistemático, sino un escritor y ensayista sensible que intenta transmitir los temores que el mundo actual le inspira.
-Cuando nuestros hijos sean adultos habrán visto una inmensa cantidad de asesinatos y muertes en la televisión, el cine, los videojuegos. ¿Cree que esto afectará de algún modo su sensibilidad y su relación con el prójimo?
-Me parece que debe afectarlos, ¿no cree usted? Cuando mis hijos eran pequeños, hice todo lo posible por restringir la cantidad de violencia que veían. Luego, mi esposa y yo pensamos que los estábamos formando mal, y aflojamos las restricciones. Nunca olvidaré lo que sucedió después. Les mostramos lo que, para mí, era una película bastante inocua, Los cazadores del arca perdida . Y nuestra hija, que tendría diez años, se puso a llorar cuando vio el cadáver del ayudante de Indiana Jones. El tipo muere cuando una lanza le atraviesa el pecho. Y yo pensé: "Dios mío, le he mostrado adrede un asesinato a mi hija como si no fuera gran cosa, ella reaccionó de la manera en que cualquier ser humano decente reaccionaría ante un asesinato... ¡y mientras tanto yo estaba sentado a su lado, comiendo pochoclos!"
-¿Piensa que la violencia, la política y la moral son diferentes ahora que en el pasado? ¿Qué hace, a su juicio, que nuestra época sea tan distinta de las anteriores?
-Tal vez nada haya cambiado. Pero parte de la dinámica del mundo ha sido siempre que el sector con tendencia hacia la tolerancia y la empatía ha estado diciendo "¡alerta!". Así que tenemos que seguir haciendo eso, aunque más no sea para conservar el equilibrio. Sin embargo, tengo la sensación de que nuestro increíble poder de comunicación acelera las cosas: acelera el odio, acelera la intolerancia. Tal vez esto obedezca simplemente a que el número, la frecuencia y la capacidad de seducción de nuestras comunicaciones electrónicas empiezan a opacar las comunicaciones de escala más humana. Caminamos todo el día por ahí sin prestarles atención a pequeños actos de generosidad, actos humanos, que muchas veces ocurren frente a nuestras narices. Esto nos debilita y nos hace pasivos. Cuando reviso mi e-mail , cosa que hago unas 400 veces diarias, la página de AOL siempre está ahí vociferando algo monstruoso: "¡Un hombre devoró a su propio cachorro!" "¡Asesino asesina a otro asesino!" La frecuencia y el grado de espanto son mucho más altos que en la vida real. Es una especie de retrato animado megaviolento acerca de la vida. ¿Y por qué? Por el rating.
-Usted ha escrito mucho acerca de la "falsa urgencia" de los medios norteamericanos y, sobre todo, de la televisión. En su opinión, ¿cuáles son las cosas realmente importantes de las que los medios deberían estar hablando?
-Creo que no se trata tanto de qué hablan los medios, sino de cómo lo hacen. No sé cómo son las cosas en la Argentina, pero en los Estados Unidos parece que el principal objetivo de los canales que transmiten noticias las 24 horas es dejar al espectador agitado, molesto, resentido y enojado con aquel que se percibe como "otro". ¿Y por qué? Bueno, por el rating. Esto es tremendamente cínico y no tiene nada que ver con construir un mundo mejor. Se trata, simplemente, de un entretenimiento perverso.
-No podemos legislar contra la banalidad de los medios audiovisuales, pero quizá podríamos legislar para tener una mejor educación. ¿Qué sucedería si los niños fueran advertidos sobre el poder del rating? ¿Cree que esto sería posible?
-Me parece una gran idea. En Estados Unidos, en el nivel universitario, hay algunas materias relacionadas con lo que usted plantea. Pero creo que sería bueno que también en las escuelas primarias y secundarias se hablara sobre esto. Y es que hay un arma gigantesca, millonaria, seductora y muy poderosa apuntada hacia nosotros. El propósito de esa arma es enriquecer a quienes controlan el arma. A veces esa arma parece atentar contra nuestra humanidad más básica. Así que, ¿por qué no habríamos de protegernos aprendiendo acerca del arma? Quién la controla, cómo funciona, cómo es la índole de sus distorsiones, quién se aprovecha de ella. Esto, me parece, es la base de una buena ciudadanía.
-En uno de sus ensayos, usted habla sobre la necesidad de resistir la tendencia a generalizar. ¿No es eso lo que hace la buena literatura? ¿Quizá la política sea el arte de generalizar y la literatura de lo específico?
-Me parece que tiene razón: lo específico, lo singular, es la literatura. Cuando imaginamos completamente, en detalle, nuestra tendencia a odiar a un "ellos" abstracto se desvanece. Para mí, el secreto está en tratar de recordar que la otra persona, quienquiera que sea, es muy parecida a mí. Que es casi igual que yo. Y de esto trata la literatura: de proporcionar una especie de meditación guiada hacia dentro de la cabeza de otra persona, hasta lograr que esa persona nos importe.
GEORGE SAUNDERS
Escritor
BBC World. De juntar cartón a Emprendedor del Año. Premian en Inglaterra a un cartonero Argentino
El "Óscar" al Emprendedor del Año ha ido a parar a manos de un argentino que financió su sueño recolectando cartón durante cuatro años.
Juan Ramón Núñez, de 34 años, recibió la distinción -dotada con US$5.000- de la ONG Youth Business International (YBI) el lunes por la noche en el Palacio de Saint James, en Londres.
El premio intenta resaltar los esfuerzos de Núñez, un empresario exitoso y comprometido con la comunidad que conoció las dificultades y los obstáculos desde temprano.
Originario de la provincia de Corrientes, en el este de Argentina, quedó huérfano con apenas un año y vivió con una familia adoptiva en una zona rural, donde aprendió a ahorrar hasta las baterías de la radio para poder escuchar un partido de fútbol más.
De joven se mudó a Misiones (noreste del país), donde formó una familia, pero al poco tiempo enviudó. Vuelto a casar, hoy por hoy tiene ocho hijos, que espera "no tengan que sufrir tanto" para llegar a sus metas.
De Ciudad Oculta a Londres
Cuando sobrevino la profunda crisis económica en Argentina, en 2001, Núñez resolvió que la forma de financiar su sueño de poner una estación de radio propia era convertirse en "cartonero", como se conoce a los que reciclan cartones y botellas en Buenos Aires. A 23 centavos de peso por kilo de material (US$0,06), su meta se demoraba. Pero él no abandonó.
Nuñez debió sentirse muy lejos de la realidad del barrio marginal donde vive, Ciudad Oculta, cuando recibió de manos del príncipe Carlos el premio al Emprendedor del Año en los fastuosos salones del Palacio de Saint James.
¿Cómo llegó hasta allí? ¿Qué lo motiva? ¿Dónde tiene puesta la mirada este argentino que, en palabras del jurado de YBI, "no se resignó a su destino, sino que luchó, identificó un mercado y lo atacó con un plan de negocio exitoso"?
Durante cuatro años, cada peso que Núñez hizo recogiendo cartón lo ahorró para sacar adelante una radio comunitaria, FM La Milagrosa, que comenzó a transmitir en 2004.
La emisora fue el trampolín para que se lanzara al mundo empresarial y a principios de 2009 abriera -con apoyo de la Fundación Impulsar- The Light of Sound, una casa que presta servicios de sonido e iluminación para eventos.
Él mismo cuenta a BBC Mundo su experiencia de la lucha, y la recompensa.
Mucho ha cambiado desde que salía a recoger cartón hace cuatro años. ¿Cómo describiría este viaje?
En estas últimas horas utilicé mucho una frase que, creo, voy a seguir recalcando toda mi vida: el cambio que hubo entre salir a juntar cartones y caminar por las históricas calles de Londres fue cumplir hasta el sueño no soñado.
¿Qué significa para usted el Premio al Emprendedor del Año?
Mi motivación primera es aprovechar las pocas oportunidades que nos regala la vida. Como dice el refrán, el tren pasa una sola vez
Juan Ramón Núñez
Es como ganar un Mundial. No es por ganar el premio en sí, sino (el hecho de) imponer un modelo de construcción colectiva, un proyecto entre lo social y lo empresarial.
Pudimos romper muchas barreras y demostrar, en un barrio muy humilde, que se puede; que se puede salir adelante, que se puede luchar.
(Ojalá) que esto sea un precedente de lucha, principalmente para los jóvenes que perdieron las esperanzas.
¿Dónde tiene puesta la mirada ahora? ¿Cuál es su próximo objetivo?
Que este proyecto no se quede solamente en Buenos Aires. Hablo del proyecto en general, porque cuando nosotros armamos la empresa y armamos la radio, no armamos sólo eso, sino que montamos un proyecto social y una empresa que sostuviera ese proyecto social.
El gran objetivo es que eso se distribuya a las provincias y que podamos llegar con asistencia a todos quienes lo necesitan en distintos puntos de Argentina. No solamente en Ciudad Oculta o en Misiones, donde estamos trabajando con el proyecto social también.
¿Qué lo motiva? ¿Dónde encontraba ese impulso en las mañanas de recolección, ese impulso que ayer premió el príncipe Carlos?
Mi motivación primera es aprovechar las pocas oportunidades que nos regala la vida. Como dice el refrán, el tren pasa una sola vez, o pasa muy pocas veces. Se lo recalco a mis hijos siempre y a la gente que trabaja conmigo en la radio.
La gran motivación es ver que el trabajo que uno hace con casi nada, o con muy poco, puede ayudar a muchísima gente. Con nada, prácticamente, hemos logrado generar trabajo para más de 60 personas. Y eso se multiplica por miles, cuando de ayuda se trata.
Cada cuatro meses viajamos a 1.800 kilómetros de la capital llevando donaciones. Y vos llegás y le entregás una zapatilla a un chico que no tiene posibilidades de comprarla, ves su alegría y es lo máximo. Ésa es la motivación más importante para seguir no sólo con lo social, sino para afianzar el proyecto laboral, que lo sustenta.
¿Por qué una radio? ¿Dónde empezó la historia de La Milagrosa?
La radio es "el sueño del pibe", digamos.
Soñaba con la radio desde muy chiquito. Viví en el campo en la extrema pobreza; mucha más pobreza de la que me tocó vivir en Buenos Aires, y me crié escuchando las famosas AM. Escuchaba los relatos de fútbol desde Buenos Aires.
Tenía que apagar la radio para que no se gastara la pila, guardar energía para escuchar el próximo partido. Soñaba con la radio desde que tenía ocho años, y cuando abrió una radio en el pueblo me dije: "Ésta es mi oportunidad".
Así fui pasando por distintas etapas. Hace seis años sufrí un robo y me dio un infarto, terminé muy mal. Pero gracias a la fe y a la ayuda de mi familia y los médicos, recuperé no sólo la salud sino todo lo que había perdido. Es "el sueño del pibe" hecho realidad.
Entonces, la radio se llama La Milagrosa porque su historia es casi un milagro.
Sin duda. Es más que un milagro.
¿Qué le diría a un chico latinoamericano que sale a recoger cartón o que está pasando un momento difícil, pero tiene sueños grandes?
Que a ese sueño grande le sume la fe. Con fe y lucha será posible realizar esos sueños. Con determinación y decisión, porque pueden pasar miles de oportunidades por delante nuestro, pero si no queremos verlas o aprovecharlas... Hay que pelearla todos los días, luchar con fe.