martes, 11 de agosto de 2009

Poesía Carta: Ricardo Marcenaro. Mi Saludo De Curación



Dedicada a Todos



Este poema lo escribí hace unos años en ocasión del intento de suicidio de una joven vecina.

Se arrojó bajo un tren, sobrevivió, perdió ambas piernas.

Le envié este poema como una forma de hacerme presente en su vida, esperando que fuese un mensaje de curación espiritual.

Si a alguien le es útil, mejor, mi karma agradecido, demasiado es lo que me deben perdonar.





Que vivas muchos años

Y no hagas daño,

Haz en tu camino lo mejor

Que el que siembra amor

Cosecha de la misma flor



Que se te ilumine la vida

Y seas persona querida,

La existencia así se resuelve

Y esta verdad firme se te cuelgue:

Lo que hagas: es lo que vuelve.



Que por siempre seas feliz

Que de todo saques el mejor cariz,

Lo merece quien bien procede:

La verdad lo adorna y antecede,

Solo lo hace el que da y quiere.



Que la salud siempre te halague

Y la enfermedad nunca te amargue,

Porque el que hace el bien y ríe

Y a la pústula de este mundo desafíe:

La sanitud siempre le sonríe.



Que siempre haya pan en tu mesa

Pudiendo estar de ella a la cabeza

Por los queridos agradablemente rodeado:

Que el que abre su corazón moldeado

Come de la hogaza suculenta de los amados.



Que toda acción segura que emprendas

Tenga siempre consecuencias estupendas,

Animadas por la bonhomía que engalana

Al que tiene la inteligencia de la mente sana:

Que esas son las ganancias que nunca acaban.



Que tú estar haciendo en este mundo

Tenga como premio el éxito más rotundo,

Galardonado en aquello que es de la más alta ciencia:

Del que al egoísmo no ha dedicado su presencia

Y en la generosidad de darse: encontró trascendencia.



Que el conocer llene siempre todos tus momentos

Porque en él se preparan los mejores fermentos,

Saber es una de las formas bellas que tenemos a mano

Ennobleciendo al que propala la revelación del arcano:

Hermanando a la vida los preciosos tesoros de lo humano.



Que nunca desaparezca de ti el ansia de superarte,

Que es el modo que a la especie le dio el don del arte.

Llenando las estrellas fulgurantes del conocimiento

En el aula generosa de lo que se da en el ofrecimiento:

Conduce a la uva su jugo excelso a través del sarmiento.



Que nunca te des por vencido aunque lo parezcas,

Lucha con toda la fuerza si de ésta sensible pescas:

Hace grande a nosotros la obstinada característica,

Llama siempre al que de la fuerza hace su apriorística:

Al esfuerzo enriqueciendo del espíritu: la seguridad de su mística.



Que nunca pierdas la condición de conmoverte

Plena es la que te llenará así de verte,

Hace siempre ésta lo mejor de su aliño,

La que va a darte de todo el más grande cariño:

No dejes nunca que se te muera adentro ese niño.



Que para siempre sepas manejarte con elegancia,

Vida es más vida la que se engalana de prestancia,

Abre al presente lo penetrante de lo que atraviesa,

Y que en su estilo establece su delicada limpieza

Y vuelve a la integridad del hombre de una pieza.



Que vivas muchos años

Y no hagas daño

Haz en tu camino lo mejor

Que el que siembra amor

Cosecha de la misma flor.





Ricardo Marcenaro







2 comentarios:

  1. Marcenaro, vos tenés siempre prendida la caldera de la fabriquita de amor... (o dharma, o como quieran llamarlo, yo prefiero así).

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  2. Beso Myriam, tarde lo vi, disculpame el retraso. La caldera anda perfecta y no tengo idea de por qué, pues he tenido una vida dura. Abrazos

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