Tarde de reuniones, recién llego a casa y me tengo que preparar, charlas, planes, mapas.
Una cosa que tengo bien claro: no todo lo que se viste de oportunidad lo es.
Se muy bien desde hace mucho que los sí no son todos positivos y que un no a tiempo edifica más que el si que nos tientan a prometer quienes el no tienen a cumplido y habidos del sí: te lo regalarán complacidos.
Escuchar mucho, escuchar bien, planear, hablar, dirigir.
Como si fuera mi nuevo destino o el de siempre con salsas intercambiables que lo hacen menos aburrido.
Lo bueno es que estoy optando por hacer cosas con gente que respeta y responde, que vive feliz los caminos que se le abren y a los que coopero.
El humano vicio de sentirse útil es una condena. No esperes nada de nadie, que todo lo que venga será un don.
Si fuiste útil a alguien, no te preocupes ni te detengas, nadie valora como vales ni desde donde valiste. Desgracia de nuestros tiempos y de todos los tiempos los que usan, no valoran o simplemente vivirán sin poderse poner en lugar del otro, saliendo de si, egoístas.
Valgo, no siendo lo único que me importa: me hace. Eso no se lo pido a nadie, me lo doy, lo hago, lo vivo, no doy vuelta la cara a lo que provoco.
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