A Diotimia (1)
Ven, y el júbilo mira en redor; en céfiros suaves
vuelan las ramas del bosque,
como agita los bucles la danza; tal en liras sonoras
un espíritu alegre,
con la lluvia y el sol el cielo canta en la tierra;
como en plácida lid
se oye sobre las cuerdas de fugitivas tonadas
múltiple enjambre vibrar,
vagan sombras y luz en melodioso contraste
sobre las cimas del monte.
Suave, con rútilas gotas el cielo acaricia
al arroyo, su hermano,
que ya viene agitando la carga preciosa
que hay en su corazón,
y sobre el río y el bosque...
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Y del bosque el verdor, y la imagen del cielo en la linfa
tiembla y muere ante nos,
y de los montes en las cimas, y cabañas y rocas
que esconde en su regazo,
las colinas que en derredor, dormidos corderos,
y entre ramas floridas
como en suave lana, se abrevan en fuentes del bosque,
refrescantes y claras,
y los valles brumosos, sus simientes y flores
y los jardines, todo
cerca y lejos se esfuma, se esfuma en gayo tumulto
y se va con el sol.
Pero el rumor de las olas del cielo ya se ha extinguido
y más puros y jóvenes.
surgen del baño la tierra y sus hijos beatos.
vivo y alegre
brilla el verde del soto, las áureas flores rutilan,
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
blanco, tal el rebaño que al río empuja el pastor.
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Versión de Otto de Greiff
A Diotimia (2)
¡Bella vida! Tú vives, como leve brote de invierno,
en este mundo agostado sola y callada floreces.
Aire ansías, y luz, primavera que vierta su tibio
resplandor, cuando buscas la infancia del mundo.
Ya tu sol, ya tu tiempo feliz se ha ocultado,
y en la noche glacial sólo hay fragor de huracanes.
Versión de Otto de Greiff
A las parcas
Dadme un estío más, oh poderosas,
y un otoño, que avive mis canciones,
y así, mi corazón, del dulce juego
saciado, morirá gustosamente.
El alma, que en el mundo vuestra ley
divina no gozó, pene en el Orco;
mas si la gracia que ambiciono logra
mi corazón, si vives, poesía,
¡sé bien venido, mundo de las sombras!
Feliz estoy, así no me acompañen
los sones de mi lira, pues por fin
como los dioses vivo, y más no anhelo.
Versión de Otto de Greiff
Poesia: Friedrich Hölderlin - A Diotina 1 (fragmento) y 2 - A las Parcas - Links a mas poesia und Gedicht
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