Poesía: Ricardo Marcenaro - El árbol inmaduro

Colgó su foto en la pared sacada por mamá,

Los hermanitos sonreían horribles y orgullosos,

Nos estamos riendo de ti anunciaba el trío.

Y yo que estoy acostumbrado a reír con y no de,

Miré desde la otra esquina sin que se dieran cuenta.

Abrió su cartel con la cara deformada por la risa,

Escribió puñales enterrando una vez más la hoja

Donde se borraba en la huella donde rayaba nombre,

Curso, giroscopio de cumpleaños y un pasaje sabatino

Con promesas selváticas, frutas, idiomas nuevos,

Asociada a un desconocido más, para tirar juntos,

Como los parias.

Cambia para no cambiar, marchó, cambió,

Calles nuevas y una inquietud que la persigue.

Sube y baja de calles donde la lluvia brumosa

Deforma sus lágrimas que nadie puede acunar.

Adolescente aún se sustrae y se imagina otra,

Mientras corre su beca en el instituto donde oficia:

Santidades.

Cien años pasaron y a los mil lo quiso volver a ver,

El era un caballero que surcaba las galaxias

Sobre un rayo de luz silencioso, huérfano.

Un día desapareció como ella, ni tumba tuvo,

Como corresponde, por lo que las lágrimas…

Conmueve mirar un atardecer con los ojos llenos,

Absorta, las perlas le van saliendo, misteriosamente,

Cegada.