viernes, 4 de diciembre de 2009

Ricardo Marcenaro bitácora. Susana de Cuba. Foto de mi jardín - Lo bello y lo lindo - Pablo Milanés y Gal Costa: Ámame Como Soy






He escuchado mucho esta canción, me la hizo conocer Susana de Cuba, un amor lindo que tuve y que sigo teniendo transformado en un sabernos bien y felices a pesar de los sube y bajas de la vida. Amistad, querer de verdad al otro, eso es.
Donde entraba Susana, entraba la alegría, el agrado, los buenos modos, la gentileza.
No conozco a nadie a quien se la haya presentado que cuando la nombro pueda evitar el nacimiento de una sonrisa instantánea y palabras de elogio corriendo por la boca, inmediatamente.
Susana me dio paz, seguridad, como nos las dimos, solidarios.
Claro que fue pasión, flor abierta, alud de ola.

Plástica, dúctil, dominada, llena.

Al abandono del amor como nos gusta.

¿A quién no?

¡Pobre aquel o aquella que no haya tenido quien le haya tornado, removiéndole, desbordándole, enseñándole, poseyéndolo totalmente!


Por su Susana: Martí, esa bandera libre del pensamiento y el compromiso.

Artista que llegó a lo humano pues de ahí partió. Bendito americano.

Magnífico.

Mucho nos hemos reído juntos, le enseñé todos los modismos argentinos, a manejar en el paraíso del caos, barrios, personas, jardines donde no entran las sobras, ella ama Argentina.

Su amor la lleva por el mundo, por lugares extraños que pocos han conocido, también por ciudades llenas de luz o de nieve, famosas, opulentas y con un aire de renovaciones que no ocultan su aburrimiento y cansancio.

Buenos Aires se mueve, como a ella le gusta.


Por ella conocí a personajes de la historia que nunca hubiera soñado conocer, ahí los tuve, enfrente.

Con algunos charlando animadamente, siempre atento y aprendiendo pero muy seguro de mí mismo, de quién era, qué pensaba, cómo sentía. Trato a las personas como personas, ese respeto les tengo.

Susana ojos de gitana que a la primera vista nos desnucamos y ya sabíamos que teníamos una historia por tener.

Los ojos gitanos de ciertas mujeres me matan, como el cuerpo y el aire de las bailarinas clásicas, etéreas, refinadas, plásticas. Sí, confieso, he pecado, pescado.

Mujeres hermosas, ¡qué hermosas que son cuando las gobierna la belleza y están enamoradas! Hablo de contenido, no de lindura.


No hay tiempo que gaste lo bello.

Lo bello es eternamente atractivo.

El cultivo de la belleza es obligatorio en cualquier condición que sea y que se viva.

Es cuestión de mejorar la vida mejorándose, llenar de luz la duda, el rincón oscuro, la rebeldía sin sentido que nace del miedo y la cobardía que se le hace pagar al otro presentándose descascaradamente en sonrisa a la que se le ve lo feo. Así es lo lindo de distante, pronto siempre al desarraigo.

Susana tiene esas raíces de la belleza de las bellas personas que la vida, Dios, los cruces de caminos, la curiosidad, me han acercado en premio.



A ella, con reconocido cariño de amigo.

RM.


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