Yo hago la mía, sin contadores, asistentes o dioses provisorios que me canten gardenias con perfume que sé que no perfuman o no son gardenias.
Hago la mía, otra no me queda, nado, me hundo y me salvo en ella. Hago la mía, en mí creo.
Yo hago la mía, sin contadores, asistentes o dioses provisorios que me canten gardenias con perfume que sé que no perfuman o no son gardenias.
Hago la mía, otra no me queda, nado, me hundo y me salvo en ella. Hago la mía, en mí creo.
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