Un estado de pena general se ha decretado, el aire está cargado, se lo ve desgarrarse y cae sobre nosotros, que nos sometemos a él, absorbiéndolo.
Han decretado que todos estemos tristes, encerrados, lunanizados, ahora cada uno somos cada uno, el átomo soñado de nosotros mismos en la particularidad adherida por tanto mensaje de sé tu mismo (mientras te sugerían que mandes todos al carajo).
¡Oh! Si, aquí estamos atomizados esperando que pase una aventura en una pantalla, o curiosear lo que ya no vemos por las ventanas de los ojos de los demás, debemos dejar de amar, ¿qué es eso?
Y si nombras palabras como estoicismo, sacrificio, te mirarán como a un idiota, está claro. Nadie te entenderá.
Atomizados, al borde, el uno contra el otro, compulsados.
ricardo marcenaro
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