The horse (Equus ferus caballus)[2][3] is a hoofed (ungulate) mammal, a subspecies of one of seven extant species of the family Equidae. The horse has evolved over the past 45 to 55 million years from a small multi-toed creature into the large, single-toed animal of today. Humans began to domesticate horses around 4000 BC, and their domestication is believed to have been widespread by 3000 BC; by 2000 BC the use of domesticated horses had spread throughout the Eurasian continent. Although most horses today are domesticated, there are still endangered populations of the Przewalski's Horse, the only remaining true wild horse, as well as more common feral horses which live in the wild but are descended from domesticated ancestors.
There is an extensive, specialized vocabulary used to describe equine-related concepts, covering everything from anatomy to life stages, size, colors, markings, breeds, locomotion, and behavior. Their anatomy enables them to make use of speed to escape predators and they have a well-developed sense of balance and a strong fight-or-flight instinct. Related to this need to flee from predators in the wild is an unusual trait: horses are able to sleep both standing up and lying down. Female horses, called mares, carry their young for approximately 11 months, and a young horse, called a foal, can stand and run shortly following birth. Most domesticated horses begin training under saddle or in harness between the ages of two and four. They reach full adult development by age five, and have an average lifespan of between 25 and 30 years.
Horse breeds are loosely divided into three categories based on general temperament: spirited "hot bloods" with speed and endurance; "cold bloods", such as draft horses and some ponies, suitable for slow, heavy work; and "warmbloods", developed from crosses between hot bloods and cold bloods, often focusing on creating breeds for specific riding purposes, particularly in Europe. There are over 300 breeds of horses in the world today, developed for many different uses.
Horses and humans interact in many ways, not only in a wide variety of sport competitions and non-competitive recreational pursuits, but also in working activities including police work, agriculture, entertainment, assisted learning and therapy. Horses were historically used in warfare. A wide variety of riding and driving techniques have been developed, using many different styles of equipment and methods of control. Many products are derived from horses, including meat, milk, hide, hair, bone, and pharmaceuticals extracted from the urine of pregnant mares. Humans provide domesticated horses with food, water and shelter, as well as attention from specialists such as veterinarians and farriers.
El caballo (nombre científico Equus caballus) es un mamífero perisodáctilo de la familia de los équidos, herbívoro, cuadrúpedo y de cuello largo y arqueado.
A la hembra del caballo se le llama yegua y a los ejemplares jóvenes, potros. La cría y utilización del caballo por parte del hombre se conoce como ganadería equina o caballar.
El nombre del "caballo" procede del latín caballus que daba nombre al 'caballo castrado'; del femenino latino equa derivó en "yegua" y a los animales jóvenes en general se les denominaba pullus, textualmente 'pollos'; de ahí que de una palabra del latín vulgar *pulliter, pullitri derivara "potro" ó "potrillo".
Hace 55 millones de años habitó el Hyracotherium (o Eohippus), del cual descienden todos los miembros del género Equus. El Eohippus tenía un tamaño que oscilaba entre los 20 y los 40 cm de altura, con cuatro dedos en las extremidades anteriores y tres en las posteriores. A simple vista era similar a un perro. Sus orígenes se pueden encontrar en América del Norte, donde se extinguió. Muchos años más tarde serían los colonizadores españoles quienes reintroducirían el caballo en el continente americano.
La evolución del eohippus le hizo aumentar su altura hasta los 115 cm y perder sus dedos hasta hacerse monodáctilo, es decir, con un solo dedo. Poco a poco, su único dedo se endurecería hasta desarrollar cascos para poder huir de los depredadores.
El Eohippus evolucionaría posteriormente a una especie denominada Mesohippus, de mayor tamaño y que ya presentaba pies con forma de casco. Luego éste evolucionaría al Merychippus, después a la especie del Pliohippus, para luego evolucionar al equus y, finalmente, al que conoce hoy en día, los equinos.
Pronto sus mandíbulas evolucionarían hasta llegar al género denominado 'Equus', de ahí el nombre de 'equinos', del que procede toda la familia de los caballos. En realidad esta teoría no está aceptada por la totalidad de la comunidad científica, aunque sí es la más extendida.
La evolución del caballo puede seguirse mediante el registro fósil hasta llegar al Hyracotherium (también llamado Eohippus), un pequeño mamífero herbívoro que vivió durante el Eoceno. El Hyracotherium era un animal con tamaño similar al de un zorro, y tenía cuatro dedos en las patas delanteras y tres en las traseras, terminando cada uno en una uña. En esa época aparecieron a la vez en Norteamérica y Eurasia diversas especies y géneros relacionados. Parece ser que las especies euroasiáticas desaparecieron; sin embargo, las especies americanas dieron lugar durante el Oligoceno al género Mesohippus del tamaño de una gacela, que tenía sólo 3 dedos en las patas delanteras.
Algo más tarde, en el Mioceno, a Mesohippus le sucedió Hypohippus y Anchitherium; se cree que ambas especies colonizaron después Eurasia desde América del Norte. Otros descendientes de Mesohippus fueron Miohippus y Merychippus; este último género desarrolló dientes con coronas muy altas, lo que le permitió, a diferencia de Hyrachotherium, que pastaba hierba, ramonear las hojas y brotes de árboles y arbustos. Entre los descendientes de Merychippus estaba Hipparion, que durante el Plioceno se desplazó y expandió desde Norteamérica hasta Eurasia, y Pliohippus (primer antepasado de un solo dedo), antecesor de Pleshippus y de su sucesor, el caballo moderno, es decir, el género Equus. El paso entre América del Norte y Eurasia se realizaba a través del estrecho de Bering cuando ambos continentes estaban unidos.
Se cree que durante el Pleistoceno el género Equus extendió su área de distribución desde Norteamérica a Eurasia, África y Sudamérica. Algún tiempo después los caballos americanos se extinguieron, quizá por alguna enfermedad. Diversos hallazgos en cuevas de Europa indican que el caballo era un animal muy abundante durante la edad de piedra en dicho continente; se han encontrado suficientes restos de esqueletos de caballos dentro y en los alrededores de estas cuevas como para afirmar que eran consumidos por el ser humano. El número de caballos disminuyó en el neolítico, cuando Europa estaba cubierta por bosques en su mayor parte. Se han encontrado restos de la edad del bronce, embocaduras y piezas de arneses, que demuestran que el caballo ya estaba domesticado en esta época.
Diversas especies extinguidas de mamiferos herviboros, como los notocaballos o los caballos litopternos, ambos grupos pertenecientes al superórden meridiungulata han sido denominadas así por su parecido por convergencia evolutiva a pesar de no estar relacionadas. Tal es el parecido que erroneamente muchas fueron en un principio asignadas al género equus.
No hay comentarios:
Publicar un comentario