A veces una persona tiene que vivir sin el otro para darse cuenta lo des-graciado que es.
A veces esa persona debe recorrer ese largo camino de desgarro para montarse sobre sus problemas desnudos del otro que ya no le sirve para justificarse.
A veces ese dolor que puede ser compartido de forma diferente, uno sabe y el otro no, dispensa silencios permanentes o hasta madurar.
A veces: No habrá más rescates que te pongan al borde de la muerte ni deudas que pagar, ni reclamos, ni turnos ni lugares más que uno, el de la verdad.
A veces, todas las veces, la verdad es la patria del amor, todas las veces, no a veces, como el castrado dolor de los parias.
No he sido seguidor de Sandro, siempre me pareció una gran voz, una gran personalidad, un buen tipo, como decimos acá.
Que el estilo de canto de alguien no esté tan cerca del corazón de uno, me pasa con pintores, escultores y otros artistas, no quiere decir que no reconozca sus valores, sus leales herramientas, su ser un verdadero artista.
Son los lenguajes.
Pero algo bien claro tengo, mi gran respeto a los artistas que tocan el corazón de la gente, que les dan la alegría a las personas de prenderlos en un viaje en el que acompañándolas resuenan en el registro personal de cada uno.
Hay gente que menosprecia los valores de los cantantes y autores populares pensando que es de gente “culta” hacerlo, eso es realmente no ser culto, no saber qué es la cultura, a mi modo de ver es que lo digo.
Grande es el mérito de alguien que puede escribir algo para llegar al corazón y que es juzgado como sencillo, las grandes verdades lo son.
A los que desprecian lo que creen vano y fácil siempre les digo: tratá de escribir algo así. De inmediato entran en silencio.
Tengo mi Tv en una caja, así que no vi su entierro, dicen que fue increíble, miles de personas para despedirlo en todos lados, al paso desde el congreso nacional al lejano cementerio, 30 kilómetros de gente una detrás de la otra. Eso dice algo, eso dice mucho de quién fue Roberto Sánchez, Sandro, el Gitano de América, un gran artista que amó y seguirá amando no solamente la gente de mi pueblo sino la de muchos que tuvieron la amabilidad llena del mismo amor con que lo acogieron.
También mi respeto es muy grande por la forma en que se ha conducido a través de su vida, apartado del periodismo al que bloqueó su vida privada, siempre en la consideración y dedicación de retribuir el amor que el público le daba.
Impecable.
Me gustó esta canción, quizás porque toca ese mundo de imposibilidades que nos habitan a todos, con dolor, dolor sangrante, sin esperanzas.
Que estés con el Señor Sandro, que seguro lo estás, en la paz y alegría del paraíso donde las clasificaciones del gusto: son una pavada.