A veces, en el trecho de huerta que va desde el hogar...
A veces, en el trecho de huerta que va desde el hogar
a la alcoba, se me aparecían los ángeles.
Alguno, quedaba allí de pie, en el aire, como un gallo
blanco -oh, su alarido-, como una llamarada de azucenas
blancas como la nieve o color rosa.
A veces, por los senderos de la huerta, algún ángel me
seguía casi rozándome; su sonrisa y su traje, cotidianos;
se parecía a algún pariente, a algún vecino (pero, aquel
plumaje gris, siniestro, cayéndole por la espalda
hasta los suelos...). Otros eran como mariposas negras
pintadas a la lámpara, a los techos, hasta que un día
se daban vuelta y les ardía el envés del ala, el pelo,
un número increíble.
Otros eran diminutos como moscas y violetas e iban
todo el día de aquí para allá y ésos no nos infundían miedo,
hasta les dejábamos un vasito de miel en el altar.
De "Historial de las violetas" 1965
A veces, en el trecho de huerta que va desde el hogar
a la alcoba, se me aparecían los ángeles.
Alguno, quedaba allí de pie, en el aire, como un gallo
blanco -oh, su alarido-, como una llamarada de azucenas
blancas como la nieve o color rosa.
A veces, por los senderos de la huerta, algún ángel me
seguía casi rozándome; su sonrisa y su traje, cotidianos;
se parecía a algún pariente, a algún vecino (pero, aquel
plumaje gris, siniestro, cayéndole por la espalda
hasta los suelos...). Otros eran como mariposas negras
pintadas a la lámpara, a los techos, hasta que un día
se daban vuelta y les ardía el envés del ala, el pelo,
un número increíble.
Otros eran diminutos como moscas y violetas e iban
todo el día de aquí para allá y ésos no nos infundían miedo,
hasta les dejábamos un vasito de miel en el altar.
De "Historial de las violetas" 1965
Anoche, volvió, otra vez, La Sombra; aunque ya habían pasado...
Anoche, volvió, otra vez, La Sombra; aunque ya habían pasado
cien años, bien la reconocimos. Pasó el jardín violetas,
el dormitorio, la cocina; rodeó las dulceras, los platos blancos
como huesos, las dulceras con olor a rosa.
Tomó al dormitorio, interrumpió el amor, los abrazos; los que
que estaban despiertos, quedaron con los ojos fijos; soñaban,
igual la vieron.
El espejo donde se miró o no se miró, cayó trizado. Parecía
que quería matar a alguno. Pero, salió al jardín. Giraba, cavaba,
en el mismo sitio, como si debajo estuviese enterrado un muerto.
La pobre vaca, que pastaba cerca de la violetas, se enloqueció,
gemía como una mujer o como un lobo. Pero, La Sombra se fue volando,
se fue hacia el sur. Volverá dentro de un siglo.
De "Los papeles salvajes" 1971
Anoche, volvió, otra vez, La Sombra; aunque ya habían pasado
cien años, bien la reconocimos. Pasó el jardín violetas,
el dormitorio, la cocina; rodeó las dulceras, los platos blancos
como huesos, las dulceras con olor a rosa.
Tomó al dormitorio, interrumpió el amor, los abrazos; los que
que estaban despiertos, quedaron con los ojos fijos; soñaban,
igual la vieron.
El espejo donde se miró o no se miró, cayó trizado. Parecía
que quería matar a alguno. Pero, salió al jardín. Giraba, cavaba,
en el mismo sitio, como si debajo estuviese enterrado un muerto.
La pobre vaca, que pastaba cerca de la violetas, se enloqueció,
gemía como una mujer o como un lobo. Pero, La Sombra se fue volando,
se fue hacia el sur. Volverá dentro de un siglo.
De "Los papeles salvajes" 1971
Marosa di Giorgio Medici (Salto, 1 de enero de 1932 - Montevideo, 17 de agosto de 2004), poeta uruguaya que también se aventuró con la prosa erótica y la novela en obras recientes.
Trayectoria
Descendiente de inmigrantes italianos y vascos que fundaron quintas en zonas rurales del Uruguay, Marosa di Giorgio comenzó a publicar en los años 50. En los dos tomos de Los papeles salvajes (1989 y 1991) recopiló sus poemas publicados hasta entonces.
El extenso Diamelas a Clementina Médici (2000), estuvo inspirado en la muerte de su madre. Sus textos narrativos eróticos son: Misales (1993), Camino de las pedrerías (1997), y Reina Amelia (1999). Su obra, que recibió numerosos premios, ha sido traducida al inglés, francés, portugués e italiano.
En su obra, un canto a la naturaleza y a sus mutaciones, la mitología es una constante. Es una de las voces poéticas más singulares de Latinoamérica. En sus recitales poéticos -muchos de ellos reproducidos en casetes y otros formatos- demostraba una capacidad interpretativa sui géneris, en la que se entremezclaban emociones como el miedo, la sorpresa, el desasosiego y el deseo, siempre con una voz trémula y delicada.
Obras
Poemas (1954)
Humo (1955)
Druida (1959)
Historial de las violetas (1965)
Magnolia (1968)
La guerra de los huertos (1971)
Está en llamas el jardín natal (1975)
Clavel y tenebrario (1979)
La liebre de marzo (1981)
Mesa de esmeralda (1985)
Los papeles Salvajes (recopilación de sus poemas), Primer tomo (1989)
La falena (1989)
Membrillo de Lusana (1989)
Los papeles Salvajes (recopilación de sus poemas), Segundo tomo (1991)
Misales (1993), relatos eróticos
Camino de las pedrerías (1997), relatos eróticos
Reina Amelia (1999), B. Aires, Adriana Hidalgo, novela
Diamelas a Clementina Médici (2000), poema-río
Rosa mística (2003) poemas
El gran ratón dorado, el gran ratón de lilas, B. Aires, El cuenco de plata; relatos eróticos completos.
Trayectoria
Descendiente de inmigrantes italianos y vascos que fundaron quintas en zonas rurales del Uruguay, Marosa di Giorgio comenzó a publicar en los años 50. En los dos tomos de Los papeles salvajes (1989 y 1991) recopiló sus poemas publicados hasta entonces.
El extenso Diamelas a Clementina Médici (2000), estuvo inspirado en la muerte de su madre. Sus textos narrativos eróticos son: Misales (1993), Camino de las pedrerías (1997), y Reina Amelia (1999). Su obra, que recibió numerosos premios, ha sido traducida al inglés, francés, portugués e italiano.
En su obra, un canto a la naturaleza y a sus mutaciones, la mitología es una constante. Es una de las voces poéticas más singulares de Latinoamérica. En sus recitales poéticos -muchos de ellos reproducidos en casetes y otros formatos- demostraba una capacidad interpretativa sui géneris, en la que se entremezclaban emociones como el miedo, la sorpresa, el desasosiego y el deseo, siempre con una voz trémula y delicada.
Obras
Poemas (1954)
Humo (1955)
Druida (1959)
Historial de las violetas (1965)
Magnolia (1968)
La guerra de los huertos (1971)
Está en llamas el jardín natal (1975)
Clavel y tenebrario (1979)
La liebre de marzo (1981)
Mesa de esmeralda (1985)
Los papeles Salvajes (recopilación de sus poemas), Primer tomo (1989)
La falena (1989)
Membrillo de Lusana (1989)
Los papeles Salvajes (recopilación de sus poemas), Segundo tomo (1991)
Misales (1993), relatos eróticos
Camino de las pedrerías (1997), relatos eróticos
Reina Amelia (1999), B. Aires, Adriana Hidalgo, novela
Diamelas a Clementina Médici (2000), poema-río
Rosa mística (2003) poemas
El gran ratón dorado, el gran ratón de lilas, B. Aires, El cuenco de plata; relatos eróticos completos.
Poesia: Marosa di Giorgio - A veces. en el trecho de huerta que va desde el hogar... - Anoche. volvió. otra vez. La Sombra. aunque ya habían pasado... - Bio data
Ricardo M Marcenaro - Facebook
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Capiscum
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