Avicena, ibn Siná - Uzbekistan - Registan, Samarkand
AVICENNE, Le Livre de Science, Tomo I, Logique, Métaphysique, Traduit par Mohammad Achena et Henri Massé, Société d’édition «Les belles Lettres», Paris, 1955.
Examen de la manera por la cual las cosas emanan del Ser Necesario
Anteriormente, habíamos establecido que al inicio del ser no era posible que resultara más de un ser del Ser Necesario . Ahora bien, aquí en este mundo, vemos muchos seres. Por tanto, no es posible que todos posean la misma dignidad, de tal manera que su ser, en comparación con el Ser Necesario tenga el mismo grado [grade] y el mismo nivel [degré]; por el contrario, hace falta que haya un [ser] anterior y un [ser] posterior, entre más perfecto sea cada uno de ellos, su ser será más real, y estará más cerca del Ser Necesario. Pero si toda cosa tuviese por causa una sola cosa, entonces las cosas múltiples no serían del mismo nivel, sino que de dos cosas que colocases en un mismo lugar una sería anterior y la otra posterior . Ahora bien, el estado de las cosas no es tal, pues el hombre, el caballo, la vaca, por ejemplo, no se encuentra uno después del otro; el dátil y la vid no están una tras otra, la blancura y la negrura son iguales en el nivel [degré] del ser, los cuatro elementos no están uno después del otro. ¡Si! Podemos decir que los cielos son anteriores a los cuatro elementos con respecto a su naturaleza, y que [del mismo punto de vista] los cuatro elementos son anteriores a los cuerpos compuestos. Pero todas las cosas no son, en absoluto, iguales. En consecuencia, es necesario saber cómo es esto posible.
Diremos que para todo lo que es ser posible, hace falta que haya una quiddidad diferente de su existencia. Esto es la conversión de lo que hemos dicho, a saber, que todo aquello cuya quiddidad es diferente de la existencia es el ser posible. Esta conversión es verdadera por el hecho que, como lo hemos dicho precedentemente, de todo lo que es el Ser necesario la quiddidad no es otra que la existencia; y (lo hemos dicho) de todo lo que no es el Ser necesario la existencia es accidental; ahora bien, para todo accidente hace falta algo. Entonces, hace falta una quiddidad para que la existencia sea su accidente, y esto con el fin que en relación a esta quiddidad sea el ser posible y que, con relación a su causa, sea el Ser necesario y que, con relación a la inexistencia de causa, sea el ser imposible. Entonces, puesto que la existencia del ser posible procede del Ser necesario, es un ser que es uno, dándose que procede del Ser necesario. Pero, considerado en sí mismo posee otro estado. Entonces, todo cuyo ser no es necesario, aunque proceda del Ser necesario no es más que uno; pero, considerado en sí mismo es doble: su estado de posibilidad en sí mismo y su estado de necesidad por el Primero [el Ser necesario], de manera que en sí mismo posee un estado diferente que su estado con relación al Ser necesario; en efecto, si esta cosa es [la] inteligencia, en tanto que conoce el Primero, ella posee un estado diferente en tanto se conoce a sí misma – aunque la inteligencia se conoce por el Ser necesario al igual que su ser también procede de Él.
Entonces, [el hecho que] este aspecto de multiplicidad se produzca no necesita más que del ser de la cosa, al proceder del Primero desde el comienzo, sea múltiple; por el contrario, el ser que procede del Primero, al inicio, no es más que un sólo ser. En este ser uno, con relación al Primero y desde el comienzo, se produce la multiplicidad. En efecto, conviene que esta multiplicidad sea causa de la producción y de la multiplicidad de una sola cosa que procede del Primero, por fuera de Él, y eso [de manera tal] que esta cosa, en tanto que se relaciona al primero, es la causa de una cosa y, es, considerada bajo el otro aspecto , la causa de algo diferente. Así se producen las cosas que no son anteriores las unas a las otras, pero que todas preceden de una sola cosa –y esto por el hecho que en esta sola cosa hay multiplicidad; [y esto] no es la manera de esta multiplicidad [de la primera cosa] que está en el mismo nivel [degré] en relación al Primero, pero que es de una manera tal que comporta anterioridad y posterioridad en relación a esta primera cosa. Así esta multiplicidad se produce en una sola cosa, [de manera que] de esta cosa, a causa de cada uno de sus aspectos, [en tanto que concibe el Ser necesario y que se concibe a sí misma] produce algo diferente. En cuanto al Primero, no es posible que haya en Él dos aspectos: el uno, la necesidad, el otro, la posibilidad; uno primero, el otro segundo –pues es un Uno absoluto, de Él, no es posible que una parte de esta multiplicidad proceda inmediatamente y sin que una parte de esta multiplicidad sea causa de otra parte.
Examen del estado de posibilidad de las cosas y de las diferentes creaciones de las cosas tal cual han procedido del Primero
A excepción del Primero, todas las cosas son semejantes en un sentido, a saber, que son posibles bajo un aspecto y necesarias bajo otro. En tanto que posibles, son diferentes de lo que son en acto. Entonces, ninguna cosa, desde este punto de vista, a excepción del Primero, puede estar exenta de estar en potencia ni [exenta] de algo que es [para ella] como la materia, ni de otra cosa que es [para ella] como la forma. Lo que es como la materia es [su aspecto de] posibilidad, lo que es como la forma es [su aspecto de] necesidad. En consecuencia, el Uno y [el ser] único es el Ser primero. Pero, dejando de lado esto, hay diferencia para las cosas en cuanto a la existencia y a la necesidad.
La posibilidad de la existencia es de tres tipos:
1. Aquella cuyo ser es uno, aunque haya una posibilidad [en él], este es un ser que es simple y que le llamamos inteligencia.
2. Aquella cuyo ser es uno, pero es receptáculo de las formas de otros seres –lo que constituye dos tipos: el uno es el ser gracias al cual, mientras que recibe otros seres, estos devienen divisibles gracias a él, y esto porque este ser recibe el ser divisible, lo que es la corporalidad.
3. La otra [es aquella por la cual los seres] no devienen divisibles porque no recibe un ser divisible, es lo que llamamos el alma.
[La] divisibilidad produce [la] multiplicidad; la multiplicidad de las cosas proviene o de la designación [hecha por] la inteligencia (lo que procede de la diferencia de definición) o de la designación [hecha por] los sentidos solamente, es decir [que es el caso en el cual] la inteligencia no necesita la diferencia, mientras que para esta última [designación por el sentido] tal parte designada se encuentra en un lugar y tal otra en otro lugar.
Ahora bien, la posibilidad de los diversos tipos de existencia para las sustancias reviste tres formas: inteligencia, alma y cuerpo.
Hemos nombrado inteligencia la que no recibe nada más que lo que hay en ella, pero que brinda [donne]; alma, la que recibe de la inteligencia y que brinda; cuerpo, la que recibe [de las dos precedentes] y que no brinda. Estos tres órdenes engloban todas las formas de la existencia. Entonces, hemos reconocido las tres formas de la posibilidad de la existencia. Enseguida, pasemos de esta posibilidad de existencia a la existencia misma.
Examen de la manera en que esas sustancias intelectuales y espirituales y estos cuerpos primeros proceden del ser necesario
Ahora bien, es necesario que del Ser necesario proceda, en primer lugar, un ser intelectual, como lo hemos dicho, y que de esta inteligencia procedan por un punto de origen una nueva inteligencia y, por otro punto de origen, un cuerpo [que es un] de esos cuerpos primeros (si son múltiples, y si estableceremos que son múltiples cuando haya lugar para hablar de ellos). Igualmente, de esta inteligencia [procede] otra inteligencia y uno de los primeros cuerpos, y así, de seguido hasta el último nivel de los primeros cuerpos.
De cada inteligencia, en tanto que se ha convertido en ser necesario gracias al Ser necesario en su esencia, y gracias al concepto que posee del Ser necesario en su esencia, proviene una sustancia intelectual, y en tanto que hay una sustancia corporal, así como anteriormente se ha formulado el principio y como hemos demostrado, por esta vía, es posible que la multiplicidad y la diversidad procedan de una sola Verdad.
Examen de la llegada a la existencia de los cuerpos susceptibles de la generación y corrupción y de lo que es susceptible de movimiento rectilíneo
Ninguna duda que estos cuerpos sean diversos, puesto que aquel cuyo lugar se encuentra en lo alto y en la vecindad de este primer Cuerpo posee una naturaleza diferente de aquel que encuentra su lugar en la otra proximidad . Y como estos cuerpos son susceptibles de generación y corrupción, ninguna duda que su materia sea común. Ahora bien, a causa de que el cuerpo no procede del cuerpo, no es posible que la causa de la existencia [de los cuerpos corruptibles] sea únicamente los cuerpos primeros; a causa que su materia es una, no es posible que la causa de su materia, para cada uno por separado, sea cosas diversas; y a causa de que sus formas son diferentes, no es posible que la causa de sus formas sea una sola y misma cosa, de tal manera que su forma sea la causa única de la existencia de su materia. Sino que toda forma al ser ella misma la causa de la existencia de la materia, la materia no existiría más que cuando esta forma desapareciese. No es posible que las formas no estén en acto y que no participen de la actuación de la materia, sino la materia subsistiría sin forma. Ahora bien, la existencia de la materia depende de algunas cosas: la primera es una cosa sustancial y separada de la que procede el principio de la existencia de la materia, no exclusivamente de ella, sino de algo diferente; es así que el motor, al ser causa de la existencia del movimiento, es necesario, sin embargo, que haya allí también susceptibilidad de relación, pero además! Es así como, el sol al ser causa de la maduración de los frutos, es necesario allí, por tal razón, una potencia natural que le ayude. Entonces, aunque la materia venga de esta sustancia separada, es necesario también que de esta [misma sustancia] separada una forma venga a la existencia, para que esta materia sea en acto. En consecuencia, la esencia de la materia viene solamente de esta sustancia, pero su actuación se debe a la forma, y la particularidad de una forma en relación a otra no procede de esta sustancia separada, pero es necesario otra causa que la haga preferible para tal forma, y es esta causa la que la hace virtual; ahora bien, originalmente, esta causa no es otra que los primeros cuerpos, los cuales dan a la materia virtualidad diferente según está cerca o lejos de ellos; y mientras que la materia ha recibido virtualidad, la forma viene a ella de esta sustancia separada. Ahora bien, del hecho que estos cuerpos primeros tienen en común una sola naturaleza general, a saber, que todos ellos poseen movimiento circular, dan virtualidad particular; entonces cada uno recibe una forma que le viene de la sustancia separada. Por tanto, el principio de la materia y de la corporalidad absoluta procede de esta sustancia intelectual; la delimitación de esta materia procede el Cuerpo primero; la virtualidad perfecta procede también del Cuerpo primero. Es posible también que la virtualidad de ciertas cosas particulares le venga de ciertas otras (así el fuego que brinda al aire la virtualidad ígnea, por el hecho que la calienta a fin que la materia del aire se vuelva virtual para la forma ígnea). Pero estas formas vienen de una inteligencia separada.
La diferencia entre virtualidad y potencia consiste en que la potencia es la misma en relación a la existencia y a la inexistencia, pero la virtualidad consiste en que en la materia una potencia se vuelve preferible (así como la materia del fuego que, en potencia, es receptáculo de la forma del fuego; pero mientras que el frío domina esta materia, la forma tal que se vuelve preferible por la forma acuosa a la exclusión de la forma ígnea, de manera que la igneidad desaparece, reemplazada por la acuosidad); y demostraremos en la Física que la materia que está en la vecindad del movimiento perpetuo es preferible para la forma ígnea, a causa del calor; en cuanto a la materia que está lejos del movimiento [perpetuo] y se encuentra en el lugar de la inmovilidad, ella es preferible para una forma contraria a la forma ígnea. Por tanto, así es la llegada a la existencia de estos cuerpos susceptibles de generación y corrupción. […]
1 AVICENNE, Le Livre de Science, pp. 173 – 176.
2 Los traductores remiten a la p. 121 del mismo tomo en donde se investiga acerca del estado del uno, de lo múltiple y de todo lo que se les relaciona.
3 Anterioridad y posterioridad en el lugar. (Nota de M. Achena y H. Massé)
4 El otro aspecto, es su aspecto de ser posible. En efecto, la Inteligencia primera es causa de dos cosas: en tanto que ella es necesaria por el Ser necesario, se convierte en causa de una cosa, en tanto que ella es el ser posible en su esencia, es causa de una segunda cosa. Dicho de otra manera, en tanto que ella se concibe a sí misma, se convierte en causa de una segunda cosa. (Nota de M. Achena y H. Massé)
5 AVICENNE, Le Livre de Science, pp. 176 – 177.
6 AVICENNE, Le Livre de Science, p. 209 (líneas 9-36), corresponde a las pp. 219 (línea 9) – 220 (línea 1) de los Maqāṣid al-falāsifa o intenciones de los filósofos de Algazel.
7 AVICENNE, Le Livre de Science, pp. 210 (línea 1) – 212 (línea 20), corresponde a las pp. 220 (línea 17) – 223 (línea 10) de los Maqāṣid al-falāsifa o intenciones de los filósofos de Algazel.
8 Es decir: en el centro del Cuerpo primero. (Nota de M. Achena y H. Massé)
Examen de la manera por la cual las cosas emanan del Ser Necesario
Anteriormente, habíamos establecido que al inicio del ser no era posible que resultara más de un ser del Ser Necesario . Ahora bien, aquí en este mundo, vemos muchos seres. Por tanto, no es posible que todos posean la misma dignidad, de tal manera que su ser, en comparación con el Ser Necesario tenga el mismo grado [grade] y el mismo nivel [degré]; por el contrario, hace falta que haya un [ser] anterior y un [ser] posterior, entre más perfecto sea cada uno de ellos, su ser será más real, y estará más cerca del Ser Necesario. Pero si toda cosa tuviese por causa una sola cosa, entonces las cosas múltiples no serían del mismo nivel, sino que de dos cosas que colocases en un mismo lugar una sería anterior y la otra posterior . Ahora bien, el estado de las cosas no es tal, pues el hombre, el caballo, la vaca, por ejemplo, no se encuentra uno después del otro; el dátil y la vid no están una tras otra, la blancura y la negrura son iguales en el nivel [degré] del ser, los cuatro elementos no están uno después del otro. ¡Si! Podemos decir que los cielos son anteriores a los cuatro elementos con respecto a su naturaleza, y que [del mismo punto de vista] los cuatro elementos son anteriores a los cuerpos compuestos. Pero todas las cosas no son, en absoluto, iguales. En consecuencia, es necesario saber cómo es esto posible.
Diremos que para todo lo que es ser posible, hace falta que haya una quiddidad diferente de su existencia. Esto es la conversión de lo que hemos dicho, a saber, que todo aquello cuya quiddidad es diferente de la existencia es el ser posible. Esta conversión es verdadera por el hecho que, como lo hemos dicho precedentemente, de todo lo que es el Ser necesario la quiddidad no es otra que la existencia; y (lo hemos dicho) de todo lo que no es el Ser necesario la existencia es accidental; ahora bien, para todo accidente hace falta algo. Entonces, hace falta una quiddidad para que la existencia sea su accidente, y esto con el fin que en relación a esta quiddidad sea el ser posible y que, con relación a su causa, sea el Ser necesario y que, con relación a la inexistencia de causa, sea el ser imposible. Entonces, puesto que la existencia del ser posible procede del Ser necesario, es un ser que es uno, dándose que procede del Ser necesario. Pero, considerado en sí mismo posee otro estado. Entonces, todo cuyo ser no es necesario, aunque proceda del Ser necesario no es más que uno; pero, considerado en sí mismo es doble: su estado de posibilidad en sí mismo y su estado de necesidad por el Primero [el Ser necesario], de manera que en sí mismo posee un estado diferente que su estado con relación al Ser necesario; en efecto, si esta cosa es [la] inteligencia, en tanto que conoce el Primero, ella posee un estado diferente en tanto se conoce a sí misma – aunque la inteligencia se conoce por el Ser necesario al igual que su ser también procede de Él.
Entonces, [el hecho que] este aspecto de multiplicidad se produzca no necesita más que del ser de la cosa, al proceder del Primero desde el comienzo, sea múltiple; por el contrario, el ser que procede del Primero, al inicio, no es más que un sólo ser. En este ser uno, con relación al Primero y desde el comienzo, se produce la multiplicidad. En efecto, conviene que esta multiplicidad sea causa de la producción y de la multiplicidad de una sola cosa que procede del Primero, por fuera de Él, y eso [de manera tal] que esta cosa, en tanto que se relaciona al primero, es la causa de una cosa y, es, considerada bajo el otro aspecto , la causa de algo diferente. Así se producen las cosas que no son anteriores las unas a las otras, pero que todas preceden de una sola cosa –y esto por el hecho que en esta sola cosa hay multiplicidad; [y esto] no es la manera de esta multiplicidad [de la primera cosa] que está en el mismo nivel [degré] en relación al Primero, pero que es de una manera tal que comporta anterioridad y posterioridad en relación a esta primera cosa. Así esta multiplicidad se produce en una sola cosa, [de manera que] de esta cosa, a causa de cada uno de sus aspectos, [en tanto que concibe el Ser necesario y que se concibe a sí misma] produce algo diferente. En cuanto al Primero, no es posible que haya en Él dos aspectos: el uno, la necesidad, el otro, la posibilidad; uno primero, el otro segundo –pues es un Uno absoluto, de Él, no es posible que una parte de esta multiplicidad proceda inmediatamente y sin que una parte de esta multiplicidad sea causa de otra parte.
Examen del estado de posibilidad de las cosas y de las diferentes creaciones de las cosas tal cual han procedido del Primero
A excepción del Primero, todas las cosas son semejantes en un sentido, a saber, que son posibles bajo un aspecto y necesarias bajo otro. En tanto que posibles, son diferentes de lo que son en acto. Entonces, ninguna cosa, desde este punto de vista, a excepción del Primero, puede estar exenta de estar en potencia ni [exenta] de algo que es [para ella] como la materia, ni de otra cosa que es [para ella] como la forma. Lo que es como la materia es [su aspecto de] posibilidad, lo que es como la forma es [su aspecto de] necesidad. En consecuencia, el Uno y [el ser] único es el Ser primero. Pero, dejando de lado esto, hay diferencia para las cosas en cuanto a la existencia y a la necesidad.
La posibilidad de la existencia es de tres tipos:
1. Aquella cuyo ser es uno, aunque haya una posibilidad [en él], este es un ser que es simple y que le llamamos inteligencia.
2. Aquella cuyo ser es uno, pero es receptáculo de las formas de otros seres –lo que constituye dos tipos: el uno es el ser gracias al cual, mientras que recibe otros seres, estos devienen divisibles gracias a él, y esto porque este ser recibe el ser divisible, lo que es la corporalidad.
3. La otra [es aquella por la cual los seres] no devienen divisibles porque no recibe un ser divisible, es lo que llamamos el alma.
[La] divisibilidad produce [la] multiplicidad; la multiplicidad de las cosas proviene o de la designación [hecha por] la inteligencia (lo que procede de la diferencia de definición) o de la designación [hecha por] los sentidos solamente, es decir [que es el caso en el cual] la inteligencia no necesita la diferencia, mientras que para esta última [designación por el sentido] tal parte designada se encuentra en un lugar y tal otra en otro lugar.
Ahora bien, la posibilidad de los diversos tipos de existencia para las sustancias reviste tres formas: inteligencia, alma y cuerpo.
Hemos nombrado inteligencia la que no recibe nada más que lo que hay en ella, pero que brinda [donne]; alma, la que recibe de la inteligencia y que brinda; cuerpo, la que recibe [de las dos precedentes] y que no brinda. Estos tres órdenes engloban todas las formas de la existencia. Entonces, hemos reconocido las tres formas de la posibilidad de la existencia. Enseguida, pasemos de esta posibilidad de existencia a la existencia misma.
Examen de la manera en que esas sustancias intelectuales y espirituales y estos cuerpos primeros proceden del ser necesario
Ahora bien, es necesario que del Ser necesario proceda, en primer lugar, un ser intelectual, como lo hemos dicho, y que de esta inteligencia procedan por un punto de origen una nueva inteligencia y, por otro punto de origen, un cuerpo [que es un] de esos cuerpos primeros (si son múltiples, y si estableceremos que son múltiples cuando haya lugar para hablar de ellos). Igualmente, de esta inteligencia [procede] otra inteligencia y uno de los primeros cuerpos, y así, de seguido hasta el último nivel de los primeros cuerpos.
De cada inteligencia, en tanto que se ha convertido en ser necesario gracias al Ser necesario en su esencia, y gracias al concepto que posee del Ser necesario en su esencia, proviene una sustancia intelectual, y en tanto que hay una sustancia corporal, así como anteriormente se ha formulado el principio y como hemos demostrado, por esta vía, es posible que la multiplicidad y la diversidad procedan de una sola Verdad.
Examen de la llegada a la existencia de los cuerpos susceptibles de la generación y corrupción y de lo que es susceptible de movimiento rectilíneo
Ninguna duda que estos cuerpos sean diversos, puesto que aquel cuyo lugar se encuentra en lo alto y en la vecindad de este primer Cuerpo posee una naturaleza diferente de aquel que encuentra su lugar en la otra proximidad . Y como estos cuerpos son susceptibles de generación y corrupción, ninguna duda que su materia sea común. Ahora bien, a causa de que el cuerpo no procede del cuerpo, no es posible que la causa de la existencia [de los cuerpos corruptibles] sea únicamente los cuerpos primeros; a causa que su materia es una, no es posible que la causa de su materia, para cada uno por separado, sea cosas diversas; y a causa de que sus formas son diferentes, no es posible que la causa de sus formas sea una sola y misma cosa, de tal manera que su forma sea la causa única de la existencia de su materia. Sino que toda forma al ser ella misma la causa de la existencia de la materia, la materia no existiría más que cuando esta forma desapareciese. No es posible que las formas no estén en acto y que no participen de la actuación de la materia, sino la materia subsistiría sin forma. Ahora bien, la existencia de la materia depende de algunas cosas: la primera es una cosa sustancial y separada de la que procede el principio de la existencia de la materia, no exclusivamente de ella, sino de algo diferente; es así que el motor, al ser causa de la existencia del movimiento, es necesario, sin embargo, que haya allí también susceptibilidad de relación, pero además! Es así como, el sol al ser causa de la maduración de los frutos, es necesario allí, por tal razón, una potencia natural que le ayude. Entonces, aunque la materia venga de esta sustancia separada, es necesario también que de esta [misma sustancia] separada una forma venga a la existencia, para que esta materia sea en acto. En consecuencia, la esencia de la materia viene solamente de esta sustancia, pero su actuación se debe a la forma, y la particularidad de una forma en relación a otra no procede de esta sustancia separada, pero es necesario otra causa que la haga preferible para tal forma, y es esta causa la que la hace virtual; ahora bien, originalmente, esta causa no es otra que los primeros cuerpos, los cuales dan a la materia virtualidad diferente según está cerca o lejos de ellos; y mientras que la materia ha recibido virtualidad, la forma viene a ella de esta sustancia separada. Ahora bien, del hecho que estos cuerpos primeros tienen en común una sola naturaleza general, a saber, que todos ellos poseen movimiento circular, dan virtualidad particular; entonces cada uno recibe una forma que le viene de la sustancia separada. Por tanto, el principio de la materia y de la corporalidad absoluta procede de esta sustancia intelectual; la delimitación de esta materia procede el Cuerpo primero; la virtualidad perfecta procede también del Cuerpo primero. Es posible también que la virtualidad de ciertas cosas particulares le venga de ciertas otras (así el fuego que brinda al aire la virtualidad ígnea, por el hecho que la calienta a fin que la materia del aire se vuelva virtual para la forma ígnea). Pero estas formas vienen de una inteligencia separada.
La diferencia entre virtualidad y potencia consiste en que la potencia es la misma en relación a la existencia y a la inexistencia, pero la virtualidad consiste en que en la materia una potencia se vuelve preferible (así como la materia del fuego que, en potencia, es receptáculo de la forma del fuego; pero mientras que el frío domina esta materia, la forma tal que se vuelve preferible por la forma acuosa a la exclusión de la forma ígnea, de manera que la igneidad desaparece, reemplazada por la acuosidad); y demostraremos en la Física que la materia que está en la vecindad del movimiento perpetuo es preferible para la forma ígnea, a causa del calor; en cuanto a la materia que está lejos del movimiento [perpetuo] y se encuentra en el lugar de la inmovilidad, ella es preferible para una forma contraria a la forma ígnea. Por tanto, así es la llegada a la existencia de estos cuerpos susceptibles de generación y corrupción. […]
1 AVICENNE, Le Livre de Science, pp. 173 – 176.
2 Los traductores remiten a la p. 121 del mismo tomo en donde se investiga acerca del estado del uno, de lo múltiple y de todo lo que se les relaciona.
3 Anterioridad y posterioridad en el lugar. (Nota de M. Achena y H. Massé)
4 El otro aspecto, es su aspecto de ser posible. En efecto, la Inteligencia primera es causa de dos cosas: en tanto que ella es necesaria por el Ser necesario, se convierte en causa de una cosa, en tanto que ella es el ser posible en su esencia, es causa de una segunda cosa. Dicho de otra manera, en tanto que ella se concibe a sí misma, se convierte en causa de una segunda cosa. (Nota de M. Achena y H. Massé)
5 AVICENNE, Le Livre de Science, pp. 176 – 177.
6 AVICENNE, Le Livre de Science, p. 209 (líneas 9-36), corresponde a las pp. 219 (línea 9) – 220 (línea 1) de los Maqāṣid al-falāsifa o intenciones de los filósofos de Algazel.
7 AVICENNE, Le Livre de Science, pp. 210 (línea 1) – 212 (línea 20), corresponde a las pp. 220 (línea 17) – 223 (línea 10) de los Maqāṣid al-falāsifa o intenciones de los filósofos de Algazel.
8 Es decir: en el centro del Cuerpo primero. (Nota de M. Achena y H. Massé)
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