He humillado a muchos,
Mi fin:
El cambio.
Cargo tantos muertos,
Tantos odios me odian…
Que a los que salvé:
Ignoro.
Solo:
Mi destino.
Me cauterizan,
Me escupen la cara,
Echan ceniza a mi recuerdo.
Sí,
Mi amor es infinito.
Ricardo Marcenaro
17 de agosto de 2009
¿Humillar tú?....No...a veces hay que ser "duro" para que te escuche álguien a quien crees puedes salvar.
ResponderEliminar¿Odio?....Seguro, no entendieron el mensaje...odios que odian...hace mucho daño!
¿Cenizas al recuerdo?...aquí estoy reprobada...¿cenizas al recuerdo?...si de verdad hubo amor...tiene que haber recuerdos...si no...¿para qué cenizas?
Amor infinito...sí como querer alcanzar el cielo...
Saludos Ricardo. Me alegra mucho ver que las visitas de este blog van subiendo.....y también los seguidores!!!
El anterior comentario es de Dalia Molina....aún no sé bien esto!!!
ResponderEliminarNo te preocupes Dalia, tu siempre te empeñas, eso vale muchísimo. Me gusta como te peleas con el poema, jajaja. Son sensaciones, somos mutantes ahí, en un momento ves la cosa de un costado y yo no hago poemas, trato de ser más irracional, que se derrame, que tenga carne, escribo y selecciono y publico, quizás en un tiempo me parezcan una porquería, será como una correción en el tiempo o sinplemente un testimonio, todo camina, sigo el paso, nada más, mientras me muevo, estoy obligado a hacerlo. Abrazo Dalia
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