La ciencia
130.- Se llama ciencia al discurso mental que toma su origen en los
primeros principios, más allá de los cuales nada puede hallarse que forme
parte de ella. La geometría, por ejemplo, que estudia la cantidad
continua, empezando por la superficie de los cuerpos, viene a tener su
origen en la línea, término de esas superficies; pero con esto no quedamos
satisfechos, porque sabemos que la línea termina en el punto, y que el
punto es la cosa más pequeña que podemos concebir.
131.- Luego el punto es el primer principio de la geometría, y no hay
nada en la naturaleza ni en la mente humana que pueda dar principio al
punto. Porque si dijeras que en el contacto establecido sobre una
superficie por la agudeza última de la punta de un punzón se halla la
creación del punto, esto no sería verdad, sino que diríamos que tal
contacto es una superficie que circunda un centro, y que en ese centro
reside el punto.
132.- Llamaremos mecánico al conocimiento engendrado por la
experiencia, científico al que empieza y termina en el espíritu, y, en
fin, semimecánico al que nace de la ciencia y termina en operación manual.
133.- Pero vanas y llenas de errores me parecen aquellas ciencias que
no nacen de la experiencia, madre de toda certidumbre, ni terminan en una
noción experimental; es decir, tales que, ni su origen ni su medio, ni su
fin pasan por ninguno de los cinco sentidos.
134.- Si dudamos de cada cosa que pasa por los sentidos, cuánto más
debemos dudar de las cosas rebeldes a esos sentidos, como la esencia de
Dios, la del alma y otras cuestiones similares, sobre las cuales siempre
se discute y disiente. Y sucede en verdad que, donde falta el
razonamiento, se le suple con palabrerío, cosa que no ocurre cuando se
trata de cosas ciertas. Diremos, pues, que donde hay ruidosas discusiones
no hay verdadera ciencia, porque la Verdad tiene un solo término, el cual
una vez hallado y hecho público, el litigio queda destruido para siempre
y, si resurge, es porque sólo hay ciencia mentirosa y confusa y no
certidumbre nata.
135.- Pero las verdaderas ciencias son las que la experiencia ha
hecho penetrar por los sentidos imponiendo silencio a los argumentadores y
no nutriendo de sueños a sus investigadores; las que, sobre los primeros
principios conocidos, proceden sucesivamente y con verdadera ilación hasta
el fin, como se ve en los elementos de las matemáticas, o sea en el número
y la medida (en la aritmética y la geometría), que tratan con suma verdad
de la cantidad continua y de la discontinua.
136.- Estudia primero la ciencia y sigue después la práctica, nacida
de la ciencia.
137.- El que se enamora de la práctica sin ciencia, es como el marino
que sube al navío sin timón ni brújula, sin saber con certeza hacia dónde
va.
138.- La práctica debe siempre ser edificada sobre la buena teoría.
139.- Acuérdate, cuando estudies el agua, de alegar primero la
experiencia y después la razón. (A sí mismo.)
140.- Si tú dices que las ciencias reconocidas verdaderas son de
especie mecánica, por cuanto no pueden llevarse a fin de otro modo que
manualmente, yo diré lo mismo de todas las artes que aplica el escultor,
las cuales son de la especie del dibujo, que es sólo una parte de la
pintura; pero también la astronomía y otras ciencias pasan por las
operaciones manuales, aunque empiezan por ser mentales, como lo es la
pintura, la cual reside primero en la mente del artista, pero no puede
llegar a su perfección sin la operación manual.
141.- Huye de los preceptos de los especuladores cuyas razones no
están confirmadas por la experiencia.
142.- Todo nuestro conocimiento nos viene de las sensaciones.
143.- Muchos creerán razonablemente poderme censurar, alegando que
mis pruebas van contra la autoridad de ciertos hombres, dignos de gran
reverencia para su juicio inexperto, sin considerar que ellas vienen de la
simple y mera experiencia, que es la verdadera maestra.
144.- Quien discute alegando la autoridad, no aplica el ingenio, sino
más bien la memoria.
145.- Comer con desgana convierte el alimento en repulsivo manjar.
Así, el estudio sin voluntad malogra la memoria, que no retiene entonces
nada de lo que toma.
146.- Como el hierro, por falta de ejercicio, se cubre de herrumbre,
y el agua se corrompe o se hiela por la misma causa, así el ingenio, sin
ejercicio, se deteriora.
147.- Sabemos con certeza que la vista es uno de los más rápidos
sentidos y que ella ve en un instante infinitas formas; sin embargo, sólo
puede comprender una cosa por vez. Pongamos por caso que tú, lector,
abraces de una oleada esta página escrita. Reconocerás de inmediato que
está llena de variadas letras, pero no distinguirás en tan breve tiempo
qué letras son, ni lo que ellas signifiquen. Te será, pues, necesario ir
tomando nota de esas letras, palabra por palabra y renglón por renglón.
Del mismo modo, si quieres subir a lo alto de un edificio has de subir
escalón por escalón, y sólo así llegarás a su cumbre.
148.- Digo, pues, que si Natura te endereza a este arte (la pintura),
y si quieres lograr el verdadero conocimiento de la forma de las cosas,
comenzarás por sus particularidades, y no pasarás a la segunda sin tener
bien, en la memoria y en la práctica, la primera; si tal no haces,
disiparás tu tiempo, y alargarás mucho el estudio. Recuerda que hay que
aprender primero la diligencia, y después la presteza.
149.- Antes de avanzar en una investigación haré alguna experiencia,
pues mi intención es alegar, ante todo, la experiencia, y demostrar luego,
con el razonamiento, por qué tal experiencia ha de operar de tal modo.
150.- Y ésta es la regla verdadera, según la cual han de proceder los
observadores de los efectos naturales. Por más que la naturaleza empiece
por la razón y termine en la experiencia, nosotros debemos seguir la
marcha contraria; es decir, empezar, como lo expresé antes, por la
experiencia, y con ella investigar la razón.
151.- Lo que es divisible de hecho, lo es también en potencia; pero
no todas las cantidades divisibles en potencia lo son también de hecho.
152.- Estas reglas (del método experimental) te permitirán distinguir
lo verdadero de lo falso. Ellas inducen a los hombres tan sólo a
prometerse cosas posibles y moderadas. Ellas te librarán del velo de la
ignorancia, la cual, impidiéndote comprobar el efecto (que buscas), sería
para ti causa de desesperación y melancolía.
153.- ¿Qué es la fuerza? Digo que es una virtud espiritual, una
potencia invisible; la cual, por una violencia accidental externa, es
consecuencia del movimiento, se halla infundida en los cuerpos y los saca
de su estado natural de reposo, comunicándoles una vida activa de
maravillosa potencia.
154.- ¿Qué es la fuerza? Digo que es una potencia espiritual,
incorpórea, invisible, la cual, con breve vida, se manifiesta en los
cuerpos que, por una accidental violencia, se encuentran fuera de su
estado de reposo natural.
155.- Toda acción hade ejercerse por movimiento.
156.- El movimiento es causa de toda vida.
157.- La gravedad, la fuerza y el movimiento accidental, junto con la
percusión, son las cuatro potencias accidentales por las cuales todas las
obras visibles de los mortales tienen su ser y su fin.
158.- Ningún objeto inanimado se mueve por sí mismo. Su movimiento le
viene de otros.
159.- Todo movimiento natural y continuo desea conservar su curso,
por la línea de su principio.
160.- Todo movimiento tiende a mantenerse; en otras palabras: todo
cuerpo, una vez puesto en movimiento, seguirá moviéndose, en cuanto la
impresión de la potencia de su motor se conserve en él.
161.- Cada uno mantiene violentame nte su existencia.
162.- Si fuera posible abrir en la esfera de la Tierra como un pozo
que, pasando por su centro, fuera de una a otra superficie, un cuerpo
pesado que se dejara caer en dicho pozo no podría detenerse en el centro,
sino que su ímpetu, durante años y años se lo impediría.
163.- El ímpetu es una potencia nacida del movimiento, y transmitida
del motor al móvil, el cual móvil estará en movimiento mientras el ímpetu
dure.
164.- El ímpetu es la impresión del movimiento transmitido del motor
al móvil.
165.- Toda impresión tiende a perpetuarse, es decir, desea
permanecer.
166.- Que toda impresión desea permanecer se comprueba por la
impresión que hace el sol en los ojos de quien lo mira, y en la impresión
que hace el badajo golpeando la campana.
167.- Ninguna investigación humana puede llamarse verdadera ciencia
si no pasa por la demostración matemática.
168.- Si tú dices que las ciencias que empiezan y terminan en la
mente son verdaderas, ello no puede concederse, sino, antes bien, negarse,
por muchas razones, y ante todo porque en tales discursos mentales no
interviene la experiencia, sin la cual no existe ninguna certeza.
169.- Equivocadamente se lamentan los hombres de la experiencia,
acusándola con suma acritud de ser falaz. Pero dejad en paz a la
experiencia y dirigid tales lamentaciones contra vuestra ignorancia, que
os extravía con vanos y necios deseos, hasta prometeros de la experiencia
cosas que no están en su poder. Así tachan, pues, los hombres de falaz a
la inocente experiencia achacándole, sin razón, mentirosas demostraciones.
170.- La experiencia no engaña jamás. Sólo engañan vuestros juicios
cuando de ella se prometen efectos que no pueden hallar su causa en
nuestras experiencias. Porque, dado un principio, es necesario que cuanto
de él se deduzca sea verdadera consecuencia de tal principio, a menos que
exista impedimento; y si lo hay, el efecto que debía derivarse de dicho
principio participará tanto más o tanto menos del impedimento, cuando éste
supere a dicho principio o sea menos potente que él.
171.- Ninguna certeza existe allí donde no puede aplicarse alguna de
las ciencias matemáticas o de las que están unidas con ellas.
172.- Todo cuerpo que se nutre, muere y renace continuamente. Porque
el alimento sólo puede entrar a aquellos lugares donde el alimento
anterior ha sido consumido, y donde no habría más vida si tú no
reemplazaras con igual cantidad el alimento desaparecido. Pero si
devuelves al cuerpo lo que ha consumido día a día, renacerá tanta vida
cuanta se haya consumido; a semejanza de la luz de las candelas, nutrida
por el sebo derretido que va continuamente restaurado, con veloz ayuda, el
que la llama consume; hasta que su esplendor se convierte en negro humo, y
la luz muere apenas cesa el movimiento ascendente del humor que la nutre.
173.- El calor es causa del movimiento de lo húmedo; y el frío, de su
inmovilidad; así se observa en la región fría del aire, que detiene las
nubes.
174.- Donde hay vida hay calor; donde hay calor vital hay movimiento
de humores.
175.- La ciencia instrumental o de las máquinas, es nobilísima, y
útil más que todas las otras; por su mediación todos los cuerpos animados,
capaces de movimiento, realizan sus operaciones. Esos movimientos nacen
del centro de gravedad colocado entre pesos desiguales, y estos cuerpos
poseen pobreza o riqueza de músculos y palancas y contrapalancas.
176.- La mecánica es el paraíso de las ciencias matemáticas, porque
con ella se alcanza el fruto matemático.
177.- Cada instrumento (o medio) debe adaptarse a la experiencia.
178.- No es censurable mostrar, dentro del proceso ordenado de una
ciencia, alguna regla general, inferida de una conclusión anterior.
179.- Entre los estudios de las causas y razones naturales, el de la
luz es el que más deleita a los observadores. Entre las grandes cualidades
de las matemáticas, la certeza de las demostraciones es la que más eleva e
ilustra el ingenio de los investigadores.
180.- La perspectiva, por consiguiente, debe ocupar el primer puesto
entre todos los discursos y disciplinas humanas. En su dominio, la línea
luminosa se combina con las variedades de la demostración y se adorna
gloriosamente con las flores de la matemática, y más aún de la física. Sus
resultados pueden detallarse analíticamente; pero me propongo encerrarlos
en breves conclusiones, entretejiendo, según la modalidad de la materia
tratada, demostraciones naturales y matemáticas, y deduciendo a veces los
efectos de las causas, y otras veces las causas de los efectos.
181.- Aunque el tiempo se cuenta entre las cantidades continuas,
siendo él invisible e incorpóreo, no cae bajo el dominio de la geometría,
la cual divide los cuerpos en figuras y sólidos de infinita variedad, como
se ve que ocurre constantemente en las cosas visibles y corpóreas; sólo
coincide con ella en los primeros principios, a saber: el punto y la
línea. El punto, en el tiempo, se traduce por el instante; y la línea se
asemeja a un intervalo de tiempo; y así como los puntos son principio y
fin de dicha línea, los instantes son término y principio de cualquier
intervalo de tiempo dado; y si la línea es divisible al infinito, el
intervalo de tiempo tampoco repugna a tal división; y si las partes en que
se ha dividido la línea son proporcionales entre sí, también serán entre
sí proporcionales las partes del tiempo.
182.- Antes de sacar de un caso aislado una regla general,
experiméntalo dos o tres veces, observando si las experiencias producen
los mismos efectos.
183.- Si se dejan caer simultáneamente varios cuerpos de igual peso y
forma, los excedentes de sus intervalos serán iguales entre sí.
184.- La precedente ley del movimiento debe comprobarse con la
siguiente experiencia, a saber: Tómense dos castañas de igual peso y forma
y déjeselas caer de una gran altura, de modo que, al iniciarse su caída,
se toquen mutuamente; y observe el experimentador desde el suelo, si ellas
se mantienen en contacto, o no, durante su caída. Y hágase esta
experiencia varias veces para que ningún accidente impida o falsee la
prueba, evitando así que, siendo falsa la experiencia, pueda ella engañar
al observador.
185.- No hay parte alguna de la astrología que no dependa de las
líneas visuales y de la perspectiva, hija de la pintura -ya que es el
pintor quien, por necesidad de su arte, ha creado dicha perspectiva-, en
cuyas líneas se incluyen todas las varias formas de los cuerpos generados
por la naturaleza y sin las cuales el arte del geómetra no existiría. Y si
el geómetra reduce toda superficie circunscrita por líneas, a la figura
del cuadrado, y todo cuerpo a la figura del cubo; y si la aritmética hace
lo mismo con sus raíces cúbicas y cuadradas, estas dos ciencias sólo
atienden a la noción de cantidad, continua o discontinua, pero de la
calidad no se ocupan, la cual es belleza de las obras de la naturaleza y
ornamento del mundo.
186.- Algunos comentadores censuran a los antiguos inventores de
quienes nacieron las gramáticas y las ciencias, y se proclaman paladines
contra los inventores de pasadas épocas; y porque no han logrado ser
inventores ellos mismos, por pereza y porque juzgan más cómodo recurrir a
los libros, procuran constantemente criticar con falsos argumentos a sus
maestros.
187.- El buen juicio nace de la buena inteligencia y la buena
inteligencia deriva de la razón, sacada de las buenas reglas; y las buenas
reglas son hijas de la buena experiencia: madre común de todas las
ciencias y las artes.
130.- Se llama ciencia al discurso mental que toma su origen en los
primeros principios, más allá de los cuales nada puede hallarse que forme
parte de ella. La geometría, por ejemplo, que estudia la cantidad
continua, empezando por la superficie de los cuerpos, viene a tener su
origen en la línea, término de esas superficies; pero con esto no quedamos
satisfechos, porque sabemos que la línea termina en el punto, y que el
punto es la cosa más pequeña que podemos concebir.
131.- Luego el punto es el primer principio de la geometría, y no hay
nada en la naturaleza ni en la mente humana que pueda dar principio al
punto. Porque si dijeras que en el contacto establecido sobre una
superficie por la agudeza última de la punta de un punzón se halla la
creación del punto, esto no sería verdad, sino que diríamos que tal
contacto es una superficie que circunda un centro, y que en ese centro
reside el punto.
132.- Llamaremos mecánico al conocimiento engendrado por la
experiencia, científico al que empieza y termina en el espíritu, y, en
fin, semimecánico al que nace de la ciencia y termina en operación manual.
133.- Pero vanas y llenas de errores me parecen aquellas ciencias que
no nacen de la experiencia, madre de toda certidumbre, ni terminan en una
noción experimental; es decir, tales que, ni su origen ni su medio, ni su
fin pasan por ninguno de los cinco sentidos.
134.- Si dudamos de cada cosa que pasa por los sentidos, cuánto más
debemos dudar de las cosas rebeldes a esos sentidos, como la esencia de
Dios, la del alma y otras cuestiones similares, sobre las cuales siempre
se discute y disiente. Y sucede en verdad que, donde falta el
razonamiento, se le suple con palabrerío, cosa que no ocurre cuando se
trata de cosas ciertas. Diremos, pues, que donde hay ruidosas discusiones
no hay verdadera ciencia, porque la Verdad tiene un solo término, el cual
una vez hallado y hecho público, el litigio queda destruido para siempre
y, si resurge, es porque sólo hay ciencia mentirosa y confusa y no
certidumbre nata.
135.- Pero las verdaderas ciencias son las que la experiencia ha
hecho penetrar por los sentidos imponiendo silencio a los argumentadores y
no nutriendo de sueños a sus investigadores; las que, sobre los primeros
principios conocidos, proceden sucesivamente y con verdadera ilación hasta
el fin, como se ve en los elementos de las matemáticas, o sea en el número
y la medida (en la aritmética y la geometría), que tratan con suma verdad
de la cantidad continua y de la discontinua.
136.- Estudia primero la ciencia y sigue después la práctica, nacida
de la ciencia.
137.- El que se enamora de la práctica sin ciencia, es como el marino
que sube al navío sin timón ni brújula, sin saber con certeza hacia dónde
va.
138.- La práctica debe siempre ser edificada sobre la buena teoría.
139.- Acuérdate, cuando estudies el agua, de alegar primero la
experiencia y después la razón. (A sí mismo.)
140.- Si tú dices que las ciencias reconocidas verdaderas son de
especie mecánica, por cuanto no pueden llevarse a fin de otro modo que
manualmente, yo diré lo mismo de todas las artes que aplica el escultor,
las cuales son de la especie del dibujo, que es sólo una parte de la
pintura; pero también la astronomía y otras ciencias pasan por las
operaciones manuales, aunque empiezan por ser mentales, como lo es la
pintura, la cual reside primero en la mente del artista, pero no puede
llegar a su perfección sin la operación manual.
141.- Huye de los preceptos de los especuladores cuyas razones no
están confirmadas por la experiencia.
142.- Todo nuestro conocimiento nos viene de las sensaciones.
143.- Muchos creerán razonablemente poderme censurar, alegando que
mis pruebas van contra la autoridad de ciertos hombres, dignos de gran
reverencia para su juicio inexperto, sin considerar que ellas vienen de la
simple y mera experiencia, que es la verdadera maestra.
144.- Quien discute alegando la autoridad, no aplica el ingenio, sino
más bien la memoria.
145.- Comer con desgana convierte el alimento en repulsivo manjar.
Así, el estudio sin voluntad malogra la memoria, que no retiene entonces
nada de lo que toma.
146.- Como el hierro, por falta de ejercicio, se cubre de herrumbre,
y el agua se corrompe o se hiela por la misma causa, así el ingenio, sin
ejercicio, se deteriora.
147.- Sabemos con certeza que la vista es uno de los más rápidos
sentidos y que ella ve en un instante infinitas formas; sin embargo, sólo
puede comprender una cosa por vez. Pongamos por caso que tú, lector,
abraces de una oleada esta página escrita. Reconocerás de inmediato que
está llena de variadas letras, pero no distinguirás en tan breve tiempo
qué letras son, ni lo que ellas signifiquen. Te será, pues, necesario ir
tomando nota de esas letras, palabra por palabra y renglón por renglón.
Del mismo modo, si quieres subir a lo alto de un edificio has de subir
escalón por escalón, y sólo así llegarás a su cumbre.
148.- Digo, pues, que si Natura te endereza a este arte (la pintura),
y si quieres lograr el verdadero conocimiento de la forma de las cosas,
comenzarás por sus particularidades, y no pasarás a la segunda sin tener
bien, en la memoria y en la práctica, la primera; si tal no haces,
disiparás tu tiempo, y alargarás mucho el estudio. Recuerda que hay que
aprender primero la diligencia, y después la presteza.
149.- Antes de avanzar en una investigación haré alguna experiencia,
pues mi intención es alegar, ante todo, la experiencia, y demostrar luego,
con el razonamiento, por qué tal experiencia ha de operar de tal modo.
150.- Y ésta es la regla verdadera, según la cual han de proceder los
observadores de los efectos naturales. Por más que la naturaleza empiece
por la razón y termine en la experiencia, nosotros debemos seguir la
marcha contraria; es decir, empezar, como lo expresé antes, por la
experiencia, y con ella investigar la razón.
151.- Lo que es divisible de hecho, lo es también en potencia; pero
no todas las cantidades divisibles en potencia lo son también de hecho.
152.- Estas reglas (del método experimental) te permitirán distinguir
lo verdadero de lo falso. Ellas inducen a los hombres tan sólo a
prometerse cosas posibles y moderadas. Ellas te librarán del velo de la
ignorancia, la cual, impidiéndote comprobar el efecto (que buscas), sería
para ti causa de desesperación y melancolía.
153.- ¿Qué es la fuerza? Digo que es una virtud espiritual, una
potencia invisible; la cual, por una violencia accidental externa, es
consecuencia del movimiento, se halla infundida en los cuerpos y los saca
de su estado natural de reposo, comunicándoles una vida activa de
maravillosa potencia.
154.- ¿Qué es la fuerza? Digo que es una potencia espiritual,
incorpórea, invisible, la cual, con breve vida, se manifiesta en los
cuerpos que, por una accidental violencia, se encuentran fuera de su
estado de reposo natural.
155.- Toda acción hade ejercerse por movimiento.
156.- El movimiento es causa de toda vida.
157.- La gravedad, la fuerza y el movimiento accidental, junto con la
percusión, son las cuatro potencias accidentales por las cuales todas las
obras visibles de los mortales tienen su ser y su fin.
158.- Ningún objeto inanimado se mueve por sí mismo. Su movimiento le
viene de otros.
159.- Todo movimiento natural y continuo desea conservar su curso,
por la línea de su principio.
160.- Todo movimiento tiende a mantenerse; en otras palabras: todo
cuerpo, una vez puesto en movimiento, seguirá moviéndose, en cuanto la
impresión de la potencia de su motor se conserve en él.
161.- Cada uno mantiene violentame nte su existencia.
162.- Si fuera posible abrir en la esfera de la Tierra como un pozo
que, pasando por su centro, fuera de una a otra superficie, un cuerpo
pesado que se dejara caer en dicho pozo no podría detenerse en el centro,
sino que su ímpetu, durante años y años se lo impediría.
163.- El ímpetu es una potencia nacida del movimiento, y transmitida
del motor al móvil, el cual móvil estará en movimiento mientras el ímpetu
dure.
164.- El ímpetu es la impresión del movimiento transmitido del motor
al móvil.
165.- Toda impresión tiende a perpetuarse, es decir, desea
permanecer.
166.- Que toda impresión desea permanecer se comprueba por la
impresión que hace el sol en los ojos de quien lo mira, y en la impresión
que hace el badajo golpeando la campana.
167.- Ninguna investigación humana puede llamarse verdadera ciencia
si no pasa por la demostración matemática.
168.- Si tú dices que las ciencias que empiezan y terminan en la
mente son verdaderas, ello no puede concederse, sino, antes bien, negarse,
por muchas razones, y ante todo porque en tales discursos mentales no
interviene la experiencia, sin la cual no existe ninguna certeza.
169.- Equivocadamente se lamentan los hombres de la experiencia,
acusándola con suma acritud de ser falaz. Pero dejad en paz a la
experiencia y dirigid tales lamentaciones contra vuestra ignorancia, que
os extravía con vanos y necios deseos, hasta prometeros de la experiencia
cosas que no están en su poder. Así tachan, pues, los hombres de falaz a
la inocente experiencia achacándole, sin razón, mentirosas demostraciones.
170.- La experiencia no engaña jamás. Sólo engañan vuestros juicios
cuando de ella se prometen efectos que no pueden hallar su causa en
nuestras experiencias. Porque, dado un principio, es necesario que cuanto
de él se deduzca sea verdadera consecuencia de tal principio, a menos que
exista impedimento; y si lo hay, el efecto que debía derivarse de dicho
principio participará tanto más o tanto menos del impedimento, cuando éste
supere a dicho principio o sea menos potente que él.
171.- Ninguna certeza existe allí donde no puede aplicarse alguna de
las ciencias matemáticas o de las que están unidas con ellas.
172.- Todo cuerpo que se nutre, muere y renace continuamente. Porque
el alimento sólo puede entrar a aquellos lugares donde el alimento
anterior ha sido consumido, y donde no habría más vida si tú no
reemplazaras con igual cantidad el alimento desaparecido. Pero si
devuelves al cuerpo lo que ha consumido día a día, renacerá tanta vida
cuanta se haya consumido; a semejanza de la luz de las candelas, nutrida
por el sebo derretido que va continuamente restaurado, con veloz ayuda, el
que la llama consume; hasta que su esplendor se convierte en negro humo, y
la luz muere apenas cesa el movimiento ascendente del humor que la nutre.
173.- El calor es causa del movimiento de lo húmedo; y el frío, de su
inmovilidad; así se observa en la región fría del aire, que detiene las
nubes.
174.- Donde hay vida hay calor; donde hay calor vital hay movimiento
de humores.
175.- La ciencia instrumental o de las máquinas, es nobilísima, y
útil más que todas las otras; por su mediación todos los cuerpos animados,
capaces de movimiento, realizan sus operaciones. Esos movimientos nacen
del centro de gravedad colocado entre pesos desiguales, y estos cuerpos
poseen pobreza o riqueza de músculos y palancas y contrapalancas.
176.- La mecánica es el paraíso de las ciencias matemáticas, porque
con ella se alcanza el fruto matemático.
177.- Cada instrumento (o medio) debe adaptarse a la experiencia.
178.- No es censurable mostrar, dentro del proceso ordenado de una
ciencia, alguna regla general, inferida de una conclusión anterior.
179.- Entre los estudios de las causas y razones naturales, el de la
luz es el que más deleita a los observadores. Entre las grandes cualidades
de las matemáticas, la certeza de las demostraciones es la que más eleva e
ilustra el ingenio de los investigadores.
180.- La perspectiva, por consiguiente, debe ocupar el primer puesto
entre todos los discursos y disciplinas humanas. En su dominio, la línea
luminosa se combina con las variedades de la demostración y se adorna
gloriosamente con las flores de la matemática, y más aún de la física. Sus
resultados pueden detallarse analíticamente; pero me propongo encerrarlos
en breves conclusiones, entretejiendo, según la modalidad de la materia
tratada, demostraciones naturales y matemáticas, y deduciendo a veces los
efectos de las causas, y otras veces las causas de los efectos.
181.- Aunque el tiempo se cuenta entre las cantidades continuas,
siendo él invisible e incorpóreo, no cae bajo el dominio de la geometría,
la cual divide los cuerpos en figuras y sólidos de infinita variedad, como
se ve que ocurre constantemente en las cosas visibles y corpóreas; sólo
coincide con ella en los primeros principios, a saber: el punto y la
línea. El punto, en el tiempo, se traduce por el instante; y la línea se
asemeja a un intervalo de tiempo; y así como los puntos son principio y
fin de dicha línea, los instantes son término y principio de cualquier
intervalo de tiempo dado; y si la línea es divisible al infinito, el
intervalo de tiempo tampoco repugna a tal división; y si las partes en que
se ha dividido la línea son proporcionales entre sí, también serán entre
sí proporcionales las partes del tiempo.
182.- Antes de sacar de un caso aislado una regla general,
experiméntalo dos o tres veces, observando si las experiencias producen
los mismos efectos.
183.- Si se dejan caer simultáneamente varios cuerpos de igual peso y
forma, los excedentes de sus intervalos serán iguales entre sí.
184.- La precedente ley del movimiento debe comprobarse con la
siguiente experiencia, a saber: Tómense dos castañas de igual peso y forma
y déjeselas caer de una gran altura, de modo que, al iniciarse su caída,
se toquen mutuamente; y observe el experimentador desde el suelo, si ellas
se mantienen en contacto, o no, durante su caída. Y hágase esta
experiencia varias veces para que ningún accidente impida o falsee la
prueba, evitando así que, siendo falsa la experiencia, pueda ella engañar
al observador.
185.- No hay parte alguna de la astrología que no dependa de las
líneas visuales y de la perspectiva, hija de la pintura -ya que es el
pintor quien, por necesidad de su arte, ha creado dicha perspectiva-, en
cuyas líneas se incluyen todas las varias formas de los cuerpos generados
por la naturaleza y sin las cuales el arte del geómetra no existiría. Y si
el geómetra reduce toda superficie circunscrita por líneas, a la figura
del cuadrado, y todo cuerpo a la figura del cubo; y si la aritmética hace
lo mismo con sus raíces cúbicas y cuadradas, estas dos ciencias sólo
atienden a la noción de cantidad, continua o discontinua, pero de la
calidad no se ocupan, la cual es belleza de las obras de la naturaleza y
ornamento del mundo.
186.- Algunos comentadores censuran a los antiguos inventores de
quienes nacieron las gramáticas y las ciencias, y se proclaman paladines
contra los inventores de pasadas épocas; y porque no han logrado ser
inventores ellos mismos, por pereza y porque juzgan más cómodo recurrir a
los libros, procuran constantemente criticar con falsos argumentos a sus
maestros.
187.- El buen juicio nace de la buena inteligencia y la buena
inteligencia deriva de la razón, sacada de las buenas reglas; y las buenas
reglas son hijas de la buena experiencia: madre común de todas las
ciencias y las artes.
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En el blog: Solitary Dog Sculptor I, la guia alfabética está en el costado derecho de la página
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Ricardo M Marcenaro - Facebook
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