viernes, 21 de agosto de 2009

Pensamientos: Krishnamurti Jiddu



El 3 de agosto de 1929

Habla Jiddu Krishnamurti disolviendo de la Orden de la Estrella, 3.000 miembros aproximadamente. (Parte)

“Yo sostengo que la Verdad es una tierra sin caminos, y no es posible acercarse a ella por ningún sendero, por ninguna religión, por ninguna secta. Ese es mi punto de vista y me adhiero a él absoluta e incondicionalmente.

La Verdad, al ser ilimitada, incondicionada, inabordable por ningún camino, no puede ser organizada; ni puede formarse organización alguna para conducir o forzar a la gente por algún sendero particular. Si desde el principio entienden eso, entonces verán lo imposible que es organizar una creencia.

Una creencia es un asunto puramente individual, y no pueden ni deben organizarla. Si lo hacen se torna en algo muerto, cristalizado; se convierte en un credo, una secta, una religión que ha de imponerse a los demás. Esto es lo que todo el mundo trata de hacer.

La Verdad se empequeñece y se transforma en un juguete para los débiles, para los que están sólo momentáneamente descontentos.

La verdad no puede rebajarse, es más bien el individuo quien debe hacer el esfuerzo de elevarse hacia ella.

Ustedes no pueden traer la cumbre de la montada al valle. Si quieren llegar a la cima de la montada, tienen que atravesar el valle y trepar por las cuestas sin temor a los peligrosos precipicios. Tienen que ascender hacia la Verdad, ésta no puede ‘descenderse’ ni organizarse para ustedes...”

“Yo no quiero pertenecer a ninguna organización de tipo espiritual; por favor, comprendan esto...”

“Por otra parte, sostengo que ninguna organización puede conducir al hombre a la espiritualidad. Si se crea una organización para este propósito, ella se convierte en una muleta, en una debilidad, en una servidumbre que por fuerza mutila al individuo y le impide crecer, establecer su unicidad que descansa en el descubrimiento que haga por sí mismo de esta Verdad absoluta e incondicionada.

Por lo tanto, ésa es otra de las razones por las que he decidido, ya que soy el Jefe de la Orden, disolverla. Nadie me ha persuadido para que tome esta decisión”.

“Esta no es ninguna magnífica proeza, porque yo no deseo seguidores, y esto es lo que quiero significar. En el momento en que siguen a alguien, dejan de seguir la Verdad.

No me preocupa si prestan o no prestan atención a lo que digo. Deseo hacer cierta cosa en el mundo y voy a hacerla con resuelta concentración.

Sólo estoy interesado en una cosa esencial: hacer que el hombre sea libre. Deseo liberarlo de todas las jaulas, de todos los temores, y no fundar religiones, nuevas sectas, ni establecer nuevas teorías y nuevas filosofías.




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