Por Eso
Quería brindarse pero en la puerta tenía una espalda,
o
en la espalda tenía una puerta,
ya me olvidé.
Lo que no puedo olvidar es el vacío de abrazarse a la fuga.
Me abstuve.
Ardiéndome:
Olvidaré.
Ricardo Marcenaro
12 de agosto de 2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario