lunes, 18 de mayo de 2009

VENTANA




No pudo vivir dentro de él

La casa de la paciencia

Herida de sal la dejó en círculo,

Marchó luego, a su viaje,

Canta la risa nueva,

Tantos rostros tiene al arrancarse

Tirado, entregado, servido,

Que maravilló la luna en una ventana

Con una estampilla,

Le apretó el cuello, se sacudieron.



ricardo marcenaro

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