viernes, 1 de enero de 2010

Music: Paco Ibañez - Poemas Vol I - 04 Casida de las palomas - Federico García Lorca

Drawing: Ciruelo Cabral Part 4, Dibujo: Ciruelo Cabral Part 4







Ciruelo Cabral - Unknown - A Dragon Walking Forth From The Mist



Ciruelo Cabral - Young Water Dragon



Ciruelo Cabral - Sorceress of Darshiva



 Ciruelo Cabral - Fantasy Woman - La Riprisa


 
Ciruelo Cabral Ablackbirdindarkness








Music: Paco Ibañez - El Lagarto está Llorando - Isabel Parra - Poema incluído












Paco Ibañez










El lagarto está llorando.
La lagarta está llorando.

El lagarto y la lagarta
con delantalitos blancos.

Han perdido sin querer,
el lagarto y la lagarta,

han perdido sin querer
su anillo de desposados.

Ay, su anillito de plomo,
ay, su anillito plomado, ay.

Miradlos qué viejos son,
el lagarto y la lagarta.

Miradlos qué viejos son,
qué viejos son los lagartos.

Ay, cómo lloran y lloran,
cómo lloran los lagartos.

Ay, cómo lloran y lloran,
ay, ay, cómo están llorando.









 

Music: Paco Ibañez - Canción del Jinete - Federico García Lorca - Poema incluído


















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En la luna negra de los bandoleros, cantan las espuelas
en la luna negra de los bandoleros, cantan las espuelas
¡ay! caballito negro
¿dónde llevas tu jinete muerto?
¿dónde llevas tu jinete muerto?
Las duras espuelas del bandido inmóvil, que perdió las riendas
las duras espuelas del bandido inmóvil, que perdió las riendas
¡ay! caballito frío
que perfume de flor de cuchillo
que perfume de flor de cuchillo
En la luna negra sangraba el costado, de sierra morena
en la luna negra sangraba el costado, de sierra morena
¡ay! caballito negro
¿dónde llevas tu jinete muerto?
¿dónde llevas tu jinete muerto?
En la luna negra un grito y el cuerno, claro de la hoguera
en la luna negra un grito y el cuerno, claro de la hoguera
¡ay! caballito frío
que perfume de flor de cuchillo
que perfume de flor de cuchillo





Fuente: musica.com








Music: Paco Ibañez - Bien puede ser - Luis de Góngora y Argote - Poema incluído











 

Que pida a un galán Minguilla
Cinco puntos de jervilla,
 
Bien puede ser;
Mas que calzando diez Menga,
Quiera que justo le venga,
 
No puede ser.

 
Que se case un don Pelote
Con una dama sin dote,
 
Bien puede ser;
Mas que no dé algunos días
Por un pan las damerías,
 No puede ser.

 
Que la viuda en el sermón
Dé mil suspiros sin son,
 
Bien puede ser;
Mas que no los dé, a mi cuenta,
Porque sepan dó se sienta,
 
No puede ser.

 
Que esté la bella casada
Bien vestida y mal celada,
 
Bien puede ser;
Mas que el bueno del marido
No sepa quién dio el vestido,
 
No puede ser.

 
Que anochezca cano el viejo,
Y que amanezca bermejo,
 
Bien puede ser;
Mas que a creer nos estreche
Que es milagro y no escabeche
 
No puede ser.

 
Que se precie un don Pelón
Que se comió un perdigón,
 
Bien puede ser;
Mas que la biznaga honrada
No diga que fue ensalada,
 
No puede ser.

 
Que olvide a la hija el padre
De buscarle quien le cuadre,
 
Bien puede ser;
Mas que se pase el invierno
Sin que ella le busque yerno,
 
No puede ser.

 
Que la del color quebrado
Culpe al barro colorado,
 
Bien puede ser;
Mas que no entendamos todos
Que aquestos barros son lodos,
 
No puede ser.

 
Que por parir mil loquillas
Enciendan mil candelillas,
 
Bien puede ser;
Mas que, público o secreto,
No haga algún cirio efeto,
 
No puede ser.

 
Que sea el otro Letrado
Por Salamanca aprobado,
 
Bien puede ser;
Mas que traiga buenos guantes
Sin que acudan pleiteantes,
 
No puede ser.

 
Que sea médico más grave
quien más aforismos sabe,
 
Bien puede ser;
mas que no sea más experto
el que más hubiere muerto,
 
No puede ser.

 
Que acuda a tiempo un galán
con un dicho y un refrán,
 
Bien puede ser;
mas que entendamos por eso
que en Floresta no está impreso,
 
No puede ser.

 
Que oiga Menga una canción
Con piedad y atención,
 Bien puede ser;
Mas que no sea más piadosa
A dos escudos en prosa,
 
No puede ser.

 
Que sea el Padre Presentado
Predicador afamado,
 
Bien puede ser;
Mas que muchos puntos buenos
No sean estudios ajenos,
 
No puede ser.

 
Que una guitarrilla pueda
Mucho, después de la queda,
 
Bien puede ser;
Mas que no sea necedad
Despertar la vecindad,
 
No puede ser.

 
Que el mochilero o soldado
Deje su tercio embarcado,
 
Bien puede ser;
Mas que le crean de la guerra
Porque entró roto en su tierra,
 
No puede ser.

 
Que se emplee el que es discreto
En hacer un buen soneto,
 
Bien puede ser;
Mas que un menguado no sea
El que en hacer dos se emplea,
 
No puede ser.

 
Que quiera una dama esquiva
Lengua muerta y bolsa viva,
 
Bien puede ser;
Mas que halle, sin dar puerta,
Bolsa viva y lengua muerta,
 
No puede ser.

 
Que el confeso al caballero
Socorra con su dinero,
 
Bien puede ser;
Mas que le dé, porque presta,
Lado el día de la fiesta,
 
No puede ser.

 
Que junte un rico avariento
Los doblones ciento a ciento,
 
Bien puede ser;
Mas que el sucesor gentil
No los gaste mil a mil,
 
No puede ser.

 
Que se pasee Narciso
Con un cuello en paraíso,
 
Bien puede ser;
Más que no sea notorio
Que anda el cuerpo en purgatorio,
No puede ser.





Luis de Góngora y Argote, 1581







Music: Paco Ibañez - Te recuerdo como eras en el último otoño - Pablo Neruda - Poema incluído
















Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.

Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.

Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.

Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma.
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.

                    Pablo Neruda







Paco Ibañez - España




 
Pablo Neruda - Chile










Music: Paco Ibañez - Inclinado en las tardes - Pablo Neruda
















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Inclinado en las tardes tiro mis tristes redes
a tus ojos oceánicos.
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Allí se estira y arde en la más alta hoguera
 mi soledad, que da vueltas los brazos como un náufrago.
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Hago rojas señales sobre tus ojos ausentes
que olean como el mar a la orilla de un faro.
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Sólo guardas tinieblas, hembra distante y mía,
de tu mirada  emerge a veces la costa del espanto.
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Inclinado en las tardes echo mis tristes redes
 a ese mar que sacude tus ojos oceánicos.
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Los pájaros nocturnos picotean los primeras estrellas
que centellean como mi alma cuando te amo.
.
Galopa la noche en su yegua sombría
desparramando espigas azules sobre el campo.












 

Music: Paco Ibañez - Puedo escribir los versos más tristes ésta noche - Pablo Neruda - Poema incluído



















Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
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Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
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El viento de la noche gira en el cielo y canta.
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Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
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En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
¡La besé tantas veces bajo el cielo infinito!
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Ella me quiso, a veces yo también la quería.
¡Como no haber amado sus grandes ojos fijos!
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Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido,
.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
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Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
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Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
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Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
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La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
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Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise!
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
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De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
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Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
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Porque en noches como ésta, la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
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Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.