sábado, 4 de abril de 2015

Filosofia: Leonardo Da Vinci - Aforismos - Parte 7 - El agua, el aire y los volátiles (33 aforismos) - Links a mas Filosofia







El agua, el aire y los volátiles

           239.- El agua, humor vital de la terrestre máquina, se mueve mediante  su calor natural.
           240.- El agua es el vehículo de la naturaleza.
           241.- Entre las causas más poderosas de perjuicios, pienso que los ríos con sus ruinosas inundaciones ocupan el primer lugar; y no el fuego, como han querido algunos, por cuanto el fuego termina su vorágine cuando le falta el alimento, mientras que el movimiento del agua mantenido por la inclinación de los valles, sólo termina y muere en el último bajío del valle. El fuego perdura mientras halla con qué nutrirse; el movimiento del agua necesita de la pendiente para propagarse. El alimento del fuego es, y desunido y separado el daño causado, el cual cesa cuando falta aquél. La inclinación de los valles es continua, y, por consiguiente, es también continuo el perjuicio que ocasiona el devastador curso del río, hasta que su marcha se termine en el seno del mar, único reposo de la peregrinación de las aguas fluviales.
           242.- Contra los ríos salidos de madre no existe defensa humana posible.
           243.- Para exponer la verdadera ciencia del movimiento de los pájaros en el aire, hay que empezar por exponer la ciencia de los vientos, la cual se demuestra mediante el estudio de los movimientos del agua en sí misma; y esta ciencia de cosas inanimadas, servirá de escalera para llegar a la ciencia de los volátiles que se mueven en el aire y en los vientos.
           244.- El agua que surge de los montes es como la sangre que presta vida a la montaña. Si esa agua viene a derramarse a través de una perforación hecha en la montaña, la naturaleza, defensora de sus criaturas, obedeciendo al generoso deseo de remediar a la falta de fluido derramado, prodigará entonces sus solícitos cuidados necesarios. De un modo parecido, cuando sufre una herida nuestro cuerpo, la sangre afluye abundante bajo la piel produciendo una tumefacción en el lugar golpeado; o, cuando cortamos una cepa de viña por su extremo superior, la naturaleza, mandará allí, desde las raíces, una reparadora corriente de savia; y si ésta se pierde, ella continuará, mientras pueda, suministrando el vital humor.
           245.- El pájaro es un organismo que obra según leyes matemáticas; el hombre puede construir un organismo igual, dotado de los mismos movimientos, aunque de menor potencia y capacidad para mantenerse en equilibrio. Diremos, pues, que a tal instrumento fabricado por el hombre, sólo le faltaría el alma del pájaro, la cual debería ser remedada por el alma del hombre.
           246.- El alma obedecerá mejor, sin duda, a los miembros del pájaro y a sus necesidades, de lo que podría hacer el alma del hombre separada de aquel organismo artificial, principalmente en los movimientos de balance apenas sensibles. Pero observando cómo el pájaro provee a una gran variedad de movimientos perceptibles, podremos juzgar por esa comprobación, que también aquellos movimientos casi imperceptibles del pájaro, acabarán por llegar a conocimiento del hombre, y que él conseguirá evitar la ruina del instrumento mecánica de que se ha constituido en alma y guía.
           247.- Es cosa explicable que los pájaros pequeños, de escaso plumaje, no soporten el inmenso frío que reina en las altas capas del aire donde viven los buitres, las águilas y otros grandes pájaros, vestidos de numerosas hileras de plumas.
           248.- Además los pájaros pequeños, con sus alas sutiles y débiles, pueden sostenerse en el aire bajo, que es más denso, pero no podrían hacerlo en un aire ligero y de poca resistencia.





           249.- El agua que tocas en la superficie de un río, es la última de la que pasó y la primera de la que viene: así el instante presente.
           250.- Lo que mueve el agua en sus venas ramificadas, contra el curso natural de los graves, es la misma propiedad que mueve los humores en los cuerpos animados.
           251.- Las olas del mar suelen huir del punto en que se forman, sin que haya desplazamiento del agua. En eso se asemejan a las ondas que produce el viento en un campo de espigas, al que se ve ondular sin que ellas cambien de sitio.
           252.- De cómo es posible por medio de un aparato, permanecer algún tiempo debajo del agua; por qué me niego a describir mi procedimiento para permanecer bajo el agua por todo el tiempo durante el cual me es posible prescindir de alimentarme. No lo publico y no quiero explicarlo, temiendo el carácter malvado de los hombres, que aplicarían este dispositivo con fines de destrucción, empleándolo para despedazar desde el fondo del mar el casco de los buques y hundirlos junto con sus tripulaciones. He ideado  otro aparato que no ofrece tal peligro y que consiste en un tubo cuyo extremo se mantiene sobre la superficie del agua por medio de odres o de corchos, y permite al buzo respirar a través de él.
           253.- He dividido el tratado de los pájaros en cuatro libros: el primero explica el vuelo que efectúa el pájaro sacudiendo sus alas; el segundo se ocupa del vuelo a favor del viento; el tercero, del vuelo en general de los murciélagos, peces, insectos; el cuarto, del vuelo  artificial.
           254.- El pájaro se hace pesado o liviano, según su voluntad.
           255.- Como hace el hombre que se apoya con sus pies y su espalda contra las paredes de una chimenea mientras la deshollina, tal hace el pájaro con el borde del extremo de sus alas contra el aire en que éstas se apoyan.
           256.- Tanto trabajo efectúa el aire contra un objeto inmóvil, como el que se requiere para mover el objeto contra el aire inmóvil.
           257.- Parece que me hallara destinado a escribir particularmente del buitre, porque uno de los primeros recuerdos de mi infancia me representa un buitre que, acercándose a mi cuna, viene hacia mí, me abre la boca con su cola y con ella me golpea muchas veces entre los labios.
           258.- El extremo del ala del pájaro avanza en el aire como lo hace la extremidad del remo en el agua, o el brazo (o mejor la mano) del nadador debajo del agua.
           259.- El movimiento simple de las alas del pájaro le es más fácil al subir que al descender; la mayor facilidad del movimiento hacia arriba se debe a dos causas: la primera consiste en que el peso (del pájaro), cuando desciende, hasta por sí solo para levantar las plumas un poco en alto; la segunda, en que, siendo las alas convexas hacia arriba y cóncavas hacia abajo, el aire cede más fácilmente a la presión de las alas en subida que en bajada, ya que ésta provoca una condensación del aire encerrado antes de que tenga tiempo de escapar.
           260.- Cuando el pájaro desea girar sacudiendo las alas, hundirá más abajo en el aire el ala que está del lado hacia el cual quiere torcer su vuelo, y así el pájaro torcerá el curso de su vuelo de acuerdo con el ímpetu del ala que más se movió, y provocará en el aire del lado opuesto la agitación correspondiente. Cuando el pájaro intenta elevarse en el aire a golpes de ala, levanta los hombros y oprime contra su cuerpo los extremos de sus alas. Aumenta así la densidad del aire que se encuentra entre los extremos de las alas y el pecho del pájaro, cuya presión lo eleva en el aire.
           261.- El buitre y los otros pájaros que agitan poco las alas en el vuelo, buscan siempre la corriente del aire; cuando el viento reina en las capas superiores de la atmósfera se los observa volando a gran altura; si reina en las capas inferiores, permanecen en ellas.
           262.- Cuando hay viento, se ve al buitre golpear muchas veces el aire mientras vuela, de modo que sube y gana ímpetu, con el cual después, descendiendo un poco, va un largo trecho sin mover las alas; repite luego la maniobra, y avanza constantemente. Esos descensos sucesivos le permiten descansar del trabajo ocasionado por sus aleteos anteriores.
           263.- Todos los pájaros que vuelan por empujes, se elevan a golpes de ala, y cuando descienden descansan, porque durante el descenso no mueven las alas.
           264.- De los cuatro movimientos de reflexión e incidencia que hacen  los pájaros, según las diversas direcciones del viento.
           265.- El descenso oblicuo de los pájaros, cuando se produce contra el  viento, ocurre siempre bajo el viento, y su movimiento reflejo se hace sobre el viento. Pero cuando la caída se efectúa hacia el Este, con viento de tramontana (Nordeste), el ala de ese lado queda inmóvil bajo el viento y permanece también durante el movimiento de reflexión, de modo que al finalizar este movimiento el pájaro se hallará de frente al Nordeste.
      Cuando el pájaro vuela hacia el Sur descendiendo, mientras sopla viento del Norte, efectuará esa caída sobre el viento, en tanto que su movimiento de reflexión se operará bajo el viento; pero a este propósito se ha discutido mucho, pues parece que en este caso un movimiento de reflexión es imposible.
           266.- Cuando el pájaro hace su movimiento de reflexión, viento arriba, subirá a mucha mayor altura de la que corresponde a su ímpetu natural, luego que el viento favorable, en colaboración con dicho ímpetu, penetra por debajo desempeñando el papel de una cuña. Pero, llegado el pájaro al término de su movimiento ascensional, habrá consumido su ímpetu, quedándole entonces la sola acción favorable del viento, que torcería la trayectoria de su vuelo al dar contra el pecho del pájaro, si no bajara éste su ala derecha o su ala izquierda, para volar hacia la derecha o hacia la izquierda, y descender en semicírculo.
           267.- Para tu aparato de volar, el murciélago te suministrará el mejor modelo; porque el tejido de sus alas constituye una armadura, o, mejor dicho, la ligazón de una armadura, semejante a la vela principal de un buque.
           268.- Si imitaras, en cambio, las alas de los pájaros de pluma, éstas tienen huesos más potentes y más fuerte nervatura, porque son discontinuas, es decir, que sus plumas no están unidas entre sí y el aire puede pasar entre ellas; pero el murciélago tiene la ventaja de un tejido que hace de sus alas un todo solidario impenetrable al viento.
           269.- El movimiento del pájaro artificial debiera verificarse siempre arriba de las nubes para evitar que las alas se humedezcan, para poder divisar más tierra y para prevenir el peligro de las corrientes de aire giratorias que reinan dentro de las gargantas de las montañas, donde hay siempre choques y torbellinos de viento. Además, si el pájaro diera en girar una y otra vez sobre sí mismo, tendrías en tales condiciones sobrado tiempo, siguiendo las reglas ya dadas, para enderezarlo antes de tocar tierra.
           270.- El pájaro mencionado ha de ser capaz de elevarse a grandes alturas con ayuda del viento, y esto le proporcionará la seguridad; pues aun en el caso de producirse los movimientos giratorios aludidos antes, tendrá tiempo para recuperar su situación de equilibrio, con tal que los miembros de su estructura posean gran resistencia y pueden vencer al furor y la violencia de los vientos. Deberán, con ese fin, ir provistos de coyunturas (giunture) de cuero curtido, y de nervios hechos de cordones de seda cruda fortísimos. Nunca se cometa la imprudencia de emplear material de hierro, que se quebraría muy pronto al doblarse, y se gastaría, razón por la cual no puede inspirar confianza.
           271.- El hombre, en su aparato volador (volatile), tendrá libertad de movimiento de la cintura para arriba, para poder balancearse como en un bote, de manera que el centro de gravedad de su cuerpo y el de su aparato puedan oscilar y cambiar de lugar cuando lo exija la alteración de su centro de resistencia.
           272.- Emprenderá el gran pájaro su primer vuelo desde el lomo de su  gigantesco cisne (cecere, pequeño cerro cerca de Florencia), llenando de asombro el mundo, divulgándose en mil escritos su fama; convertido en eterna gloria del nido en que nació.
 





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