viernes, 7 de agosto de 2009

Poesía: Eugenio Montale. Mediterráneo




Antiguo, estoy embriagado por la voz
que brota de tus bocas cuando se abren
como verdes campanas y se repelen
hacia atrás, disolviéndose.
La casa de mis veranos juveniles
-lo sabes- estaba a tu lado
allá en la tierra donde el sol calcina
y oscurecen el aire los mosquitos.
Hoy como entonces ante ti permanezco
inmóvil, mar, mas no me creo
digno ya de la solemne admonición
de tu aliento. Me dijiste primero
que el pequeño fermento
de mi corazón no era sino un instante
del tuyo, que en el fondo de mí
estaba tu arriesgada ley: ser enorme y diverso
y fijo al mismo tiempo,
para librarme así de toda suciedad,
como tú cuando arrojas a tus playas
entre estrellas de mar, corchos y algas
las inútiles sobras de tu abismo.


Eugenio Montale





No es pecado hacer comentarios.

2 comentarios:

  1. nada de paràlisis...caminar, caer, caminar...caminar...... querer alcanzar...mirar no solo al frente, allì cerca, probemos en hacerlo tambièn hacia nuestro alrededor ...proyectar ...¿por què no? ... enriquecernos espiritualmente, lo demàs vendrà... (si trabajamos)...si como el Mediterràneo entre "estrellas de mar", "corhos" y "algas"...pudièsemos lanzar de nuestro abismo, eso: las sobras inùtiles...

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  2. la vida es limpiar mi querida Dalia, así nos volvemos mejores. Abrazo

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