domingo, 23 de agosto de 2009

Walt Whitman poema - Hojas de hierba 31

31


Yo creo que una hoja de hierba no es menos que la diaria

trayectoria de las estrellas,

Y que la hormiga también es tan perfecta, y un grano de

arena, y el huevo del reyezuelo,

Y la reineta es una obra de arte comparada con lo más

grande,

Y la zarza trepadiza podría adornar los salones celestiales,

Y la menor articulación de mi mano menosprecia toda

mecánica,

Y la vaca que rumia con su cabeza gacha sobrepasa cualquier

estatua.

Y una sonrisa es un milagro suficiente como para conmover

a sextrillones de incrédulos.

Yo encuentro incorporados en mi gneis, carbón, músculos

de largos filamentos, frutos, granos, racimos comestibles,

Tengo mi cuerpo todo estucado, con imágenes de cuadrúpedos

y pájaros,

Y por buenas razones he distanciado lo que está detrás

de mí,

Pero que puede retornar en cuanto yo lo desee.


En vano la fuga o el miedo;

En vano las rocas plutónicas despiden su antiquísimo calor

para impedir que yo me aproxime;

En vano el mastodonte oculta su osamenta bajo el polvo;

En vano las cosas están a leguas de distancia y asumen múltiples

formas;

En vano el océano se repliega en sus cavernas y los

grandes monstruos en sus profundidades;

En vano el gallinazo busca un nido en el cielo;

En vano la sierpe se desliza entre las plantas rastreras y el

ramaje de los árboles;

En vano el alce se oculta en las profundas y boscosas gargantas;

En vano el pingüino de afilado pico emigra al norte, hacia

el Labrador;

Y yo lo sigo prestamente, y trepo hasta el nido que está en

la grieta del acantilado.

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