Hoy dormiré en el rincón de una avenida donde las miradas torvas invitan a licuarse.
Si vivir es ejercicio
Mis músculos son demenciales.
Escucharé tus huesos estremecerse hasta la última gota. Cuando te llenes de placer a la luz de la luna, bendita por el rocío.
Adoro las miradas llenas.
Escapo de los adornados y enamorados de la fealdad.
Y no me importa.
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