sábado, 26 de septiembre de 2009

ricardo marcenaro bitácora slide - Hungry train, Music: Thelonius Monk: Epistrophy




Toda mi vida amé el tren y podría decir mucho de por qué.

Hoy lo odio, es una alergia, una mala voluntad, y podría decir poco por qué. Cosa de meses. Es un agujero y el tren: una especie de zonda que se me mete en el estómago revolviéndome tantas horas muertas.

Entre lo mucho y lo poco están las ficciones de las palabras y las actitudes contradichas. Un rompecabezas incompleto que cada vez que parece armarse: se arroja a las vías justo antes que el tren.

Conocí una persona que se tiró bajo de un tren, nunca le pregunté que se siente ahí abajo.

Tantas cosas no podemos preguntar, cayados: callamos mientras en una esquina una nueva desconocida inicia un negocio que nunca será floreciente. Nadie elige las flores más que para ser flores, montón de pétalos, sujeto de foto, pero adoptarla por dentro, comportándose, ¡mi Dios!, a nadie se lo nombres.


2 comentarios:

  1. y si, me encanta pasar por acá y le voy a seguir deiciendo lo que me parece... esto es en respuesta a su comentario sobre mi orgullito del 25 de setiembre creo... a veces comento cosas lejanas en el tiempo y no se si usted escribió algo al respecto, busco y busco y siempre encuentro cosas nuevas...y no, para qué me va a mentir! qué necesidad! "mi" tren es el Sarmiento... pavada de tren... : )

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  2. qué bueno que tengas tu tren y tu felicidad de pasar por esta casa virtual mía, de comentarios pasados no tengo idea, todo va para adelante, ahí nos encontramos.

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