El Terrón y el Guijarro
"El amor no anhela complacerse a sí
mismo
ni por sí mismo se inquieta,
en cambio al otro da sosiego,
y construye un Cielo en la desolación
del Infierno."
Así cantaba un diminuto Terrón
de Arcilla
pisoteado por las patas del ganado,
pero un Guijarro del cañadón
murmuró estos versos apropiados:
"El amor sólo busca darse el gusto,
y encadenar al otro a su deleite,
se regocija con el desconsuelo ajeno,
y construye un Infierno a expensas
del Cielo."
El Pequeño Vagabundo
Querida madre, querida madre, qué
helada está
pero la taberna es reconfortante,
agradable y cálida;
además, sé perfectamente dónde me
tratan bien,
aunque tal trato en el cielo nunca daría
resuItado.
Pero si en
poquito de cerveza,
y un buen fogón que reconforte
nuestras almas,
cantaríamos y rezaríamos la jornada
entera,
y ni una sola vez nos apartaríamos
de
De modo que el párroco podría
predicar, beber y cantar,
y estaríamos todos felices como pájaros
en primavera;
y la pobre dama abandonada, que
siempre está en
se libraría de niños peleadores,
de ayunos y de latigazos.
Y Dios, regocijado como un padre
que ve
a sus hijos tan afables y dichosos como
él mismo,
ya no tendría más querellas con el
Diablo o el Barril,
sino que lo besaría, y le daría tragos
y vestimentas.
Jueves Santo
¿Acaso es algo santo
en una tierra rica y fructífera
ver a bebés condenados a la miseria
y alimentados con mano fría y usurera?
¿Es este clamor tembloroso una
canción?
¿Puede ser llamado un canto de júbilo?
¿Con tantas criaturas miserables?
¡Esta es una tierra de pobreza!
Y su sol no brilla jamás,
y sus campos son páramos desnudos,
y sus senderos están plagados de
espinas:
el invierno eterno se impone allí.
Pues dondequiera que brille el sol,
donde sea que caiga la lluvia,
los niños nunca pasan hambre,
ni la pobreza espanta a la mente.
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