—Yo pinto mejor con los pies secos —dijo Etienne—. Y no me vengas con argumentos de
—Es capaz de creer en el progreso del arte dijo Oliveira, bostezando—. No le hagás caso, Ronald, con la mano libre que te queda sacó el disquito del Stack O’Lee Blues, al fin y al cabo tiene un solo de piano que me parece meritorio.
—Lo del progreso en el arte son tonterías archisabidas —dijo Etienne—. Pero en el jazz como en cualquier arte hay siempre un montón de chantajistas. Una cosa es la música que puede traducirse en emoción y otra la emoción que pretende pasar por música. Dolor paterno en fa sostenido, carcajada sarcástica en amarillo, violeta y negro. No, hijo, el arte empieza más acá o más allá, pero no es nunca eso.
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