miércoles, 16 de septiembre de 2009

Poesía: Alkalay-Gut, Karen. Simpatía por el demonio.

Simpatía por el demonio

Incluso tú, Príncipe, algunas veces estás ciego,

viviendo tan profundamente en la oscuridad;

sin duda la maldad es fácil como el egoísmo,

y que alguien como yo saborearía

tu especie de soledad, paladeando

aquellos días seductores, noches en lechos vacíos.

¿Qué puedo decir? Tu manera es tan masculina...

Y cuando nos encontramos esa noche en el cruce de caminos

marché un poco contigo, observando cómo se torcía

tu bastón, deseando poder aplacar

todas las congojas de tu mundo. Pensé

acunarte, como un discípulo agónico,

en mi dadivoso regazo; incluso no escuché

todas las ofertas de sabiduría que me hiciste

a cambio de mi alma.

Incluso cuando enarbolaste el contrato,

seguro de mi firma, no estaba prestando

atención, embrujada por ese dolor

en tus ojos, esa necesidad de algo bueno,

¿me atreveré a llamarlo... amor?

I

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