jueves, 3 de septiembre de 2009

Poesía: Po Chü-I o Bai Juyi. a Li Chien

Po Chü-I (también conocido como Bai Juyi) (772-846)



A Li Chien



En los primeros tiempos

para encauzar el curso de mi vida,

directamente acudí

a Chuang Tzu, capitulo primero.

Pero en los últimos años

el espíritu es mi preocupación;

me convertí a la Dhyana

de la Escuela del Sur.




Exteriormente, acepto

el Mundo tal como es;

íntimamente, supero las limitaciones

que imponen los sentidos.




Afuera, no siento aversión

ni por la aldea ni por la Corte;

en mi casa, no necesito

la compañía de nadie.



Desde que aprendí este arte,

adondequiera que vaya

mi mente está en sosiego

y no necesito de inflexiones y estiramientos

para el bienestar de mis miembros;

ni de ríos ni de lagos

para calmar mis pensamientos.




Si tengo propensión al vino,

algunas veces bebo;

si no tengo nada que hacer

me siento reposadamente,

silencioso y tranquilo

hasta muy tarde

y al siguiente día, duermo profundamente

hasta que el Sol está muy alto.




No me causan nostalgia, en otoño,

las noches largas;

no me lamento en primavera

por los días que pasan.




Enseñé a mi cuerpo a olvidar

si es joven o viejo,

y a mi alma, que aprecie igual

la vida que la muerte.




En la conversación que sostuvimos

ayer, cuando te vi,

diste a mis pensamientos

lo que llaman “corazón y médula”;

porque también mi Camino es

como lo “inexpresable”.

Y a no ser por ti, jamás

lo hubiese explicado con palabras.


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